* Confía en alcanzar en ese año un crecimiento del PIB de entre 3.3 y 4.3 por ciento
* El gobierno calcula una caída de 88 mil 700 millones en los ingresos públicos por menor recaudación petrolera
Víctor Cardoso / LA JORNADA
Periódico La Jornada
Miércoles 1º de abril de 2015, p. 21
Para el año entrante la Secretaría de Hacienda propuso al Congreso de la Unión un «ajuste preventivo» al gasto «adicional» por 135 mil millones de pesos, que permitirá «mantener el compromiso con la trayectoria de déficit decreciente». No obstante, a pesar de la medida, el gobierno federal confía en alcanzar un crecimiento del producto interno bruto (PIB) de entre 3.3 y 4.3 por ciento, superior en un punto porcentual a la estimación para este año.
La dependencia envió al Legislativo los llamados precriterios presupuestales para el año entrante, en los que el gobierno federal calcula una caída en los ingresos públicos de 88 mil 700 millones de pesos respecto a lo previsto para este año, resultado de menores ingresos petroleros por 287 mil 300 millones de pesos.
También, una disminución de 170 mil millones de las entidades de control directo, Pemex y CFE, a consecuencia, particularmente, de la reducción de las tarifas eléctricas, compensada parcialmente por mayores ingresos tributarios (ISR, IVA y IEPS) por 208 mil 600 millones de pesos, de manera significativa por la aplicación del IEPS a las gasolinas, a lo que se añadirían 7 mil 100 millones «como reflejo de la mayor actividad económica».
Con ese escenario se prevén ingresos presupuestales por 4 billones 74 mil 92.9 millones de pesos, que significan 2.1 por ciento menos en términos reales (una vez descontada la inflación) que en 2015, y un «gasto neto pagado» por 4 billones 660 mil 91.9 millones de pesos, es decir, 3.5 por ciento menos que este año.
Adelanta que en parte de la reingeniería presupuestal bajo el concepto de «presupuesto base cero», se considera la eliminación o modificación de programas en términos de su vinculación a los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo, así como de programas de bajo desempeño de acuerdo con el Sistema de Evaluación del Desempeño; la fusión de programas complementarios o duplicados; la «re-sectorización de programas y estructuras para una mejor vinculación institucional y administrativa»; la eliminación de estructuras organizacionales cuyas funciones sean similares o complementarias con otras estructuras, así como la asignación del gasto de operación y administrativo «estrictamente necesario».
No obstante el escenario para el año entrante, la Secretaría de Hacienda afirmó a los legisladores que se «presenta un panorama de la economía nacional e internacional (que) toma en cuenta las fortalezas con las que cuenta la economía mexicana y los retos que enfrenta para presentar un programa de finanzas públicas oportuno, responsable y adecuado al entorno económico».
Pero puntualiza que «los pre-criterios de este año se presentan bajo un entorno externo complejo que tiene repercusiones sobre las finanzas públicas. En particular destaca la caída del precio del petróleo y la mayor volatilidad de los mercados financieros asociada a la normalización de la política monetaria en Estados Unidos».
Al respecto, la Secretaría de Hacienda ajustó a la baja la estimación de producción petrolera y con ello se planteó una plataforma de 2 millones 288 mil barrides diarios (mbd) para este año y de 2.4 millones para 2016. «Estos niveles no implican una disminución de las metas de producción para Pemex, sino un escenario conservador que permitirá al gobierno federal realizar estimaciones de finanzas públicas responsables, así como tomar las medidas necesarias para que, en caso de materializarse dicho escenario, cuente con los márgenes fiscales suficientes para cumplir con la trayectoria de déficit decrecientes desde 2013», puntualizó.
La dependencia informó que para 2016 se considera un precio de 55 dólares por barril de la mezcla mexicana de petróleo de exportación, «lo que representa una disminución de 24 dólares por barril respecto a la Ley de Ingresos de la Federación de 2015. Dicha reducción representa una presión importante para las finanzas públicas que no podrá ser compensdada con instrumentos financieros, como en 2015 (en referencia a las coberturas petroleras), o con un aumento en la plataforma de producción, dado el tiempo necesario para la maduración de la reforma energética».
Por tanto, puntualiza el documento, «el ajuste descansará en reducciones al gasto programable. Las presiones y los compromisos de gasto no programable implican una reducción del gasto programable en 2016 de 135 mil millones de pesos (0.7 por ciento del PIB) respecto al estimado de cierre para 2015, equivalente a una reducción anual de 4.3 por ciento real. Este ajuste de gasto representa un reto para las finanzas públicas del país».
Lo que la Secretaría de Hacienda denomina un «ajuste» para el año entrante es adicional a la disminución de 124 mil millones de pesos determinada para 2015. El recorte del gasto público para este año, argumentó la dependencia, «permitirá cerrar el año en línea con las metas de balance aprobadas por el Congreso».
Para la elaboración de la propuesta presupuestal del año entrante destaca la caída de los precios internacionales del petróleo de exportación, así como la mayor volatilidad de los mercados financieros asociada a la normalización de la política monetaria en Estados Unidos.
Pese al entorno económico incierto, tanto a nivel interno como externo, la Secretaría de Hacienda sostuvo que «las medidas preventivas de ajuste de gasto en 2015, la reingeniería del gasto público para 2016, así como una profunda y adecuada implementación de la agenda de reformas estructurales que aprobó el Congreso de la Unión, permitirán una evolución adecuada de las finanzas públicas en los ejercicios fiscales de 2015 y 2016, manteniendo la responsabilidad fiscal, así como estableciendo bases sólidas de programación y presupuesto de los recursos públicos en el mediano y largo plazos. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público reitera su compromiso con el manejo responsable de las finanzas públicas y la estabilidad macroeconómica, como condición indispensable para lograr un crecimiento económico sostenido en favor del bienestar de todos los mexicanos».
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