“La constitución debe expresar los nuevos retos del país”: Carol
En el aniversario 95 de la Constitución mexicana, no hay que dedicarle frases de protocolo, sino valorarla como expresión de un proceso histórico y político, en el que las normas evolucionan para expresar los nuevos tiempos y retos que vive el país, afirmó el diputado Carol Antonio Altamirano.
El constituyente del 17 construyó el pacto político en el que se reflejaron los ideales y aspiraciones de la revolución mexicana y ahora tenemos nuevos retos que nos deben llevar a cambios sustantivos para que la sociedad mexicana reencuentre la confianza, la convivencia y se modulen las grandes diferencias sociales.
Eso quiere decir que la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos no es un objeto de museo, sino que expresa jurídicamente los grandes acuerdos nacionales y también su discusión identifica los temas que pueden marcar el futuro de toda la sociedad.
Desde la óptica conservadora lo que debe pasar con la Constitución federal son tres grandes ideas: permitir negocios para el sector privado en materia energética, eliminar las protecciones a los trabajadores y restaurar privilegios a la iglesia en materia educativa. Es decir que lo que proponen es ir para atrás en la historia y más liberalismo económico. Esas propuestas, argumentó el diputado “no sirven para frenar la descomposición social ni permiten el desarrollo del país”.
El diputado del PRD dijo que “para la izquierda y las fuerzas progresistas lo que se requiere es más complejo porque lo que proponemos es darle un nuevo rumbo al país” y enlistó seis grandes ejes “que es necesario señalar para que se sepa que proponemos como nuevo acuerdo constitucional”:
Primero, que la Constitución amplíe y defienda los derechos ciudadanos, lo que se concreta en la iniciativa popular, el plebiscito, el referéndum y la revocación de mandato para que el pueblo tenga instrumentos de participación política más allá de la emisión de un voto. Establecer formas de gobierno democrático que fortalezcan el equilibrio de poderes y el federalismo para pasar del presidencialismo desproporcionado a un sistema acotado por las leyes y los otros dos poderes.
En segundo lugar, fortalecer al Poder Judicial. Los tribunales en materia fiscal, administrativa y agraria deben ser parte del Poder Judicial. La conciliación y el arbitraje no debe ser del gobierno, que ha demostrado usarla de manera caprichosa, sino de órganos administrativos y judiciales autónomos.
En tercer lugar, para enfrentar la corrupción hay que establecer buenos controles desde el Legislativo al gasto público y que exista la evaluación de los resultados de las políticas públicas. Se requiere eficiencia para aplicar sanciones económicas y penales a los administradores corruptos que hoy viven con impunidad.
En cuarto lugar, todos deben cumplir con sus responsabilidades fiscales. Los asalariados contribuyen porque les retienen el ingreso desde la nómina, pero hay grandes empresarios que no pagan o pagan muy poco. Esos privilegios deben terminar.
En quinto lugar, para reactivar la economía hay que acabar con los monopolios en telecomunicaciones y telefonía, para que al existir competencia se reduzcan las tarifas. También se requiere de una inversión pública concentrada en infraestructura carretera para elevar la competitividad y mejorar el mercado interno.
En sexto lugar, se necesita proteger a los ciudadanos que están en condiciones de subsistencia, fortaleciendo los derechos sociales. Hay que hacer exigibles por ley los programas sociales dirigidos a mujeres, niños y adultos mayores para que el gobierno no los use electoralmente, así como para garantizar su permanencia y evaluación. Hay que recuperar la inversión pública en el campo, en la producción, comercialización y distribución de alimentos para establecer la seguridad alimentaria.
Pero no debe perderse de vista, señaló el diputado del PRD, que el gran motor de ese cambio está en la participación cívica. “De poco sirven las leyes cuando la sociedad no actúa de forma crítica y demanda su cumplimiento” lo que hace falta es que la gente impulse el cambio y nos exija a los representantes populares, que regresemos a dar cuenta de las decisiones que se toman en su nombre y que vigile las acciones del gobierno.
Por eso, finalizó el diputado, el gran reto es que la Constitución nos sirva para ponernos en marcha como país y dejar de ver sólo por los intereses de los sectores que, siendo privilegiados, no quieren ver por el bienestar de todos.
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