Goman: de defraudador a presidente
O de cómo se falsifican firmas, se hacen asambleas fantasmas, se liquidan sin ser socios y se crean empresas que de las que no son dueños
Hiram Moreno / Juan Manuel Alegría
————————————————————Segunda y última parte
Salina Cruz. “¡Soy víctima de una infamia!”, gemía a los medios de información del istmo oaxaqueño Víctor Rafael González Manríquez a principios de agosto de 2001 al enterarse de la demanda en su contra por su ex patrón Luis Guerra Martínez.
Quien pronto ganaría las elecciones a la presidencia del puerto hace dos años, se rasgaba las vestiduras y señalaba que todo se debía a motivos políticos para desacreditarlo ante la opinión pública.
El tiempo diría la verdad.
Aunque no era solamente fraude. Otro de los delitos de los que se salvó el actual presidente municipal de este lugar es del de falsificación de documentos y falsificación de firma (ver recuadro).
Decía que era una infamia y mucha gente lo creyó…lo cierto era que Goman casi desde el principio en que asumió el cargo de superintendente de la empresa creada por Luis Guerra, se dedicó a estafar a su confiado patrón hasta que fue demasiado tarde para denunciarlo y llevarlo al calabozo.
Como decíamos en el número anterior, cuando Luis Guerra fue informado por su auditor interno de la irregularidades de Gomán, despidió a éste a su regreso de los Estados Unidos (21 de diciembre del 92). Goman pidió el plazo de una semana para entregar las cuentas y el confiado Luis Guerra se lo concedió, sin saber que ese mismo día Goman se autoliquidaba con 140 millones de pesos.
El 28 de diciembre Rafael González Manríquez falsificó un acta de una supuesta “asamblea extraordinaria con todos los socios”, que en su punto IV trataba la “Disminución del capital por renuncia del socio Víctor Rafael González Manríquez”.
“Nadie objetó mi liquidación”
Ese punto significaba la reintegración del capital que no aportó, “y que es la cantidad de 140 millones de pesos —escribía Goman en su ‘acta’— . El presidente de la mesa de los debates solicita a lo socios presentes que en caso de no estar de acuerdo lo manifiesten, así como las razones que tengan para no estarlo. No habiendo ninguna objeción (…)”… Cobró y se fue.
Por supuesto que no hubo ninguna objeción de nadie porque el “astuto” Goman hizo la “asamblea” solito y su alma (también se supone que con su cómplice Hugo Cruz Rito). Lo interesante es que el capital total de la empresa no era el que Goman escribía en su acta de asamblea, por lo que no le correspondía la cantidad señalada. De paso como para que se creyera que obraba de buena fe, solicitó que le descontaran un adeudo que tenía con la empresa (de un dinero que se autoprestó).
Como se verá más tarde, los días 28 de diciembre (día de Los Inocentes) le encantan al actual presidente para realizar sus enjuagues, asambleas fantasmas y crear empresas, ya que esa es la fecha de la asamblea a la asistió solamente el panista. Como nunca aprendió a usar una máquina de escribir, el acta fraudulenta la realiza con su puño y letra (ignorando a la gramática) y al final solamente aparece únicamente la firma de González Manríquez, pero eso fue suficiente para que el mismo Goman se pagara un cheque del capital inflado por él.
No hubo prueba de que fuera socio
Por cierto, los peritos contables dictaminaron: “Al analizar la documentación que obra en autos, no se observó la existencia de los registros contables ni documentales que nos permitieran corroborar y comprobar que efectivamente dicho socio hubiese efectuado pago alguno por la adquisición de las acciones en las que manifieste tener los derechos y por la cual solicitó su finiquito”. Es decir, no había nada por lo cual Goman se autopagara lo que puso en su “acta”.
Por cierto, también, el cheque con el que se “liquidó” el 28 de diciembre, maravillosamente lo cobró el 21 de diciembre (el día que lo corrió Luis Guerra) y una semana después de su “asamblea”.
Con ello, también viola la Ley General de Sociedades Mercantiles, que dice en el capítulo 8 de las sociedades de capital variable en su artículo 220 que: “El retiro parcial o total de aportaciones de un socio deberá notificarse a la sociedad de manera fehaciente y no surtirá efectos sino hasta el fin del ejercicio anual en curso si la notificación se hace ANTES del último trimestre de dicho ejercicio y hasta el FINAL del ejercicio siguiente si se hiciere después”.
Es decir, Manríquez debería cobrar un año después, en diciembre de 1993. Por ello, los peritos, al no encontrar evidencia comprobatoria de lo anterior, consideraron ese cobro como “faltante”, o sea, los 140 mil de su “liquidación”, también se los robó a Luis Guerra.
Ni pa’ robar, pues…
La firma de Goman es la misma que aparece en otros cheques (al astuto se le olvidó falsificar la del beneficiario) como en las copias en poder de En Marcha donde Goman cobra más de cien millones a nombre de su cuñado Apolonio Hernández.
La intención de fraude es evidente, ya que Goman hace el cheque cuidándose de anotar “Para abono en cuenta” (como se percatan los auditores de la Consultoría Fiscal Especializada, S. C.) ya que de hacerlo correctamente no podría cobrarlo.
Sus viajes a Estados Unidos no los hacía Goman por ser un eficiente trabajador, sino, como se estila, seguramente recibía una jugosa comisión al elegir al vendedor, como señala Luis Guerra, ya que después se enteró que otras compañías daban más barato que donde compraba González Manríquez.
No contento con esas ganancias también esquilmaba a Luis Guerra de otra manera, por ejemplo, en enero del 92, Goman compró maquinaria importada a la empresa Big Three Internacional, Inc. Víctor Rafael dijo a Luis Guerra que esa maquinaria constaría 208 mil 408 pesos, dinero que cobró, pero, solamente pagó 127 mil 117 pesos a la empresa norteamericana, es decir, se quedó con más de 81 mil pesos de aquellos de hace una década.
Otro, Construcciones Mecánicas de Luis Guerra compró mangueras a la empresa texana Coplexir Services Inc., por 73 mil 576 dólares, equivalentes a 226 mil 614 pesos; esto aparece en un vale de entrada de la empresa de Guerra, pero… los peritos encontraron “dos copias fotostáticas de facturas de fecha 21 de enero de 1991 y 21 de enero 1992, una con la cantidad de 87 mil 441 pesos y la otra de 139 mil 172 pesos, presentando las siguientes alteraciones:
“1.- La fecha del depósito no coincide con el de la factura. No tiene el sello de recibido.
“2.- Se observó la aplicación de corrector y número encimado en la parte de la fecha.
“Por lo cual se consideró el importe total como injustificado, toda vez que se presentaron diversas alteraciones no cumpliendo con lo establecido en el artículo 29 del C.F.F.”, señalaban los peritos.
Es decir, al astuto González Manríquez todavía le faltaba “callo” para hacer sus fraudes.
Para no cansar al lector no abundamos en los casos donde se comprobó absolutamente el trabajo fraudulento que realizó el ahora presidente del puerto ya que son abundantes (recuérdese que la auditoría solamente se suscribió al año de 1992 ya que el cómplice de Goman, Hugo Cruz Rito tuvo a bien desaparecer la documentación de los cuatro años anteriores) plagados de faltas de comprobación, faltas de requisitos fiscales, “pagaba” varias veces a trabajadores eventuales que nunca recibían el dinero, etcétera.
Hasta una casa de Guerra perdió Goman
Debido a la irresponsabilidad de González Manríquez como administrador de Comesa al no realizar a tiempo el pago de impuestos a la Secretaría de hacienda, la empresa Construcciones Mecánicas llegó a adeudar casi 650 mil pesos por ese concepto.
Como Goman había dejado insolvente a la empresa, la Secretaría de Hacienda embargó una casa de Luis Guerra ubicada en la colonia deportiva en esta ciudad, inmueble qpe perdió al no poder pagar la deuda.
Era tan evidente la irresponsabilidad de González Manríquez en la mala administración de la empresa que hasta su perito defensor, Manuel Orozco Castañón aceptó: “Desde luego es aplicable el artículo 158 de la Ley General de Sociedades Mercantiles, de donde se deduce que el responsable es, sin duda, el administrador único de la sociedad”.
Por eso declara Luis Guerra sobre Goman: “Es una persona nefasta. No sé cómo llamarlo a ese cabrón; una persona a quien yo traté de enseñarle a trabajar, con valores morales, y a apoyarlo en todos los aspectos, económico y moral, ya que cuando llegó a mi lado era un miserable que no tenía ni para comer y el pagó mi amistad, las atenciones y la ayuda que le di, la pagó en la forma conocida por todos”.
“No son mis empresas, no están a mi nombre”
Hoy, las cosas ya están tranquilas para González Manríquez ya que el largo brazo de la ley no lo alcanzó (por lo menos en este proceso, se espera que haya aprendido y haga mejor sus “actas” en su administración municipal). Aunque se le critica que le de preferencia a una empresa para las obras municipales sin concurso, porque lo señalan de que es de su propiedad. Goman rechaza que sea suya, “ya que no está a mi nombre” aduce.
Y tiene razón, porque el 28 de diciembre (¿no les decíamos?) del año 2001, a cuatro días de tomar posesión como presidente municipal, ante el notario Jorge López Mier se protocolizó el acta (esta sí de verdad) de asamblea de accionistas de la empresa mercantil denominada “GO-MAN Constructores”, eso fue solicitado por Hugo Cruz Rito (¿alguien lo recuerda como cómplice de otro?) en su carácter de administrador único de esa empresa.
Pero que tal al de mis parientes…
Ese día de Los Inocentes se reunieron en la notaría María Alejandra González Manríquez, María Leticia González Manríquez, Victoria Manríquez Souza y (adivinen) Apolonio Hernández Mendoza (este es el cuñado por el que cobró Goman más de cien millones a su nombre. Ver las firmas).
Cada uno aparece con 25 por ciento de acciones que corresponden a 250 mil pesos y que hacen un monto de un millón de pesos (ya sabrá Guerra dónde quedó su dinero). También Se dio el nombramiento de administrador único a Cruz Rito (aunque pensando en que le podría pasar algo parecido a Luis Guerra, Goman designó a su hermana Alejandra para que los títulos de crédito los firme mancomunadamente con el ex contador de Guerra).
Como se puede comprobar, Víctor Rafael González Manríquez NO es el propietario de esa empresa creada días antes de ser presidente municipal, y que el nombre que escogieron (GO-MAN) es una simple y llana coincidencia, por lo que es una vil infamia decir que hay preferencia para esa empresa de parte del Ayuntamiento de Salina Cruz.
Dejar una contestacion