¿Diódoro toma el control?
Cuauhtémoc Blas
Es un lugar común, pero funciona, eso de que en política lo que parece es. Esto viene al caso hoy en Oaxaca por las lecturas inmediatas que puede tener la intempestiva salida de dos subsecretarios del gobierno de Gabino Cué Monteagudo: Oscar Cruz López y Raynel Ramírez Mijangos. Ambos expresidentes municipales perredistas y ex legisladores.
Ambos ex subsecretarios de la Secretaría General de Gobierno. Los dos fueron funcionarios de este gobierno hasta hace poco llamado del cambio bajo la tónica de este sexenio: cuotas a un partido miembro de la alianza que logró llevar a Gabino Cué al poder, al PRD.
Al primero le fue exigida su renuncia, o sea fue despedido ostensiblemente; el segundo abandonó el cargo por su voluntad, claro con la espada de Damocles sobre él pues previamente le habían desaparecido formalmente su Subsecretaría de desarrollo Municipal. Cruz López acompañó a Gabino Cué durante el largo tiempo de campaña política en pos de poder ejecutivo de Oaxaca, no tenía más que ofrecer que su presencia ligada al membrete de la COCEI; el segundo no fue acompañante, ofreció gente y miles de votos en el mixe bajo, norte del Istmo.
Políticamente no es muy costoso despedir al primero, no tiene grandes masas ni votos que inhibir, aunque por poco que tuviera ¿para qué perder algo ahorita?; prescindir de Raynel Ramírez si tiene un alto costo en votos. Ahora bien, lo claro es que este gobierno no tuvo empacho de prescindir de ambos perredistas precisamente en esta temporada de elecciones, cuando un mensaje así no solo es inocultable sino escandaloso.
Por eso decimos que lo qué parece es, ya que todo apunta a que no fue candidez lo que llevó a correr a perredistas del gabinete, sino un cálculo para al afectar más la relación con los de este partido en Oaxaca y de esa manera afectar a sus candidatos, ¿en beneficio de quién? Vamos a ver.
Primero, ¿qué candidato a Senador del PRD llegó más o menos forzadamente a esa posición? No fue López Lena, por supuesto, sino otro con nada de ángel pero de nombre Ángel Benjamín Robles Montoya, contra quién rompieron lanzas cabezas de grupos perredistas regionales. Éste es sin duda candidato del gobernador en turno, como también lo es con certeza Diódoro Humberto Carrasco Altamirano, mentor de nuestro gobernante, hoy en las filas del PAN.
Pero no sólo especulación o pareceres sostiene la opinión anterior, sino hechos concretos. Recientemente en una reunión de perredistas en esa zona norte del Istmo se acordó inducir el voto sólo para Andrés Manuel López Obrador y nada para los demás candidatos del PRD. A querer o no estás maniobras benefician directamente a Diódoro Carrasco candidato del PAN quien de esta manera estaría recibiendo apoyos evidentes desde el poder ejecutivo de Oaxaca que despide perredistas y atiza el resentimiento contra quien, además, también está estrechamente ligado al gobernador: Benjamín Robles.
Sin embargo, con esto también podemos ver que el cuicateco, Diódoro, tiene más grande influencia en el ejecutivo, sobre todo por el número cada vez más alto de sus cuadros en puestos de alto nivel: Secretaría de Finanzas, de Transportes, ADOSAPACO, entre otros, incluso tiene ya una posición privilegiada en el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana al lograr incluir ahí nada menos que como Director General a Isidoro Yescas Martínez, a quien al principio quisieron poner al frente de dicho instituto. Sin embargo la correlación de fuerza aún no era del todo favorable al ex gobernador, pero ahora con su sostenido reacomodo apunta a tomar el control.
Y no sólo con funcionarios de alto nivel se sostiene este control, hay otros como Jorge Castillo cuasi jefe del gabinete quien ejerce un poder extraordinario sobre todo en áreas donde se manejan recursos, obras, compras y contratos millonarios. Castillo, conviene recordar, estuvo involucrado en el fraude con la compra de aeronaves cuando era operador del entonces Secretario de Gobernación de Diódoro Carrasco en el sexenio de Ernesto Zedillo. Por lo que fue inhabilitado en el 2002 por el gobierno federal para ocupar cargo público. Con este negro historial hoy este gobierno que llegó con tantas expectativas en la población ha habilitado a Castillo como ministro plenipotenciario. Su puesto de representante de Oaxaca en el DF es sólo una simple fachada.
Hace un par de años Julio Hernández, autor de la columna “El Astillero” de La Jornada advirtió que Dióroro era el poder tras el trono en Oaxaca, hoy esa aseveración se fortalece. Incluso ahora se maneja la postura del ex gobernador de reformar la Constitución local para abrir la puerta a la reelección de gobernador hasta ahora prohibida por la misma. ¿Querrá regresar?
Así, algunos observadores regionales apuntan que de esperar el triunfo de los candidatos a senadores de las izquierdas, ahora quien se perfila para obtener esta posición en Oaxaca es el PAN, con un muy hábil político que siempre ha sabido manejar bien los hilos del poder. Al agitar las aguas en el PRD tendrá ganancias como sucede en los ríos revueltos, pero donde trabaja Diódoro y su gente es en penetrar la estructura del PRI estatal, para ello ha echado mano nada menos que un viejo conocido: Jorge Franco Vargas, a quien no se le puede negar que después de su traspié de 2006 de funesta memoria, aprendió a manejar grupos y decisiones políticas que le dieron grandes triunfos electorales a su paso por la presidencia del PRI.
En el mundo de la política, ese territorio terrible de que hablaba Maurice Joly, ante estos operadores panistas-priistas sus adversarios parecen ángeles.
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