*Pedirá anuencia del papa Benedicto XVI de ser necesario
Hiram MORENO
Ciudad Ixtepec, Oax. Julio 16 de 2012.- Unos seiscientos migrantes que arribaron en el ferrocarril a las ocho de la noche del domingo al albergue hermanos en el camino que dirige el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, mientras son registrados en una lista, para “saber quiénes son, de donde vienen y a donde van”, reciben un poco de comida que familias cristianas de Salina Cruz, Ixtepec, el Espinal e incluso, del estado de Tabasco, llevaron a la casa del migrante.
Entrevistado vía telefónica el religioso asegura que la preocupación principal sigue siendo el paso por el estado de Veracruz, donde es permanente el peligro de que los secuestren, los extorsionen, que los asalten. Cuestionado respecto de que él es como una oveja negra para la iglesia, como un rebelde y que esto le ocasiona una relación un tanto difícil con el padre obispo, Oscar Campos Contreras, titular de la diócesis de Tehuantepec, el padre Alejandro Solalinde nos informa que acaba de hablar con él, De su trabajo con los migrantes que él asegura es su misión, asegura que el obispo de Tehuantepec le dijo que lo va a pensar, aunque él expresa no ser tan optimista. “El sabe que soy fiel a lo que Jesucristo me enseña, soy fiel al vaticano”. “Me van a querer meter al culto y a la administración. Es un hombre bueno pero aun no alcanza a ver que es una misión lo que estoy haciendo, lo formaron para atender parroquias, estructuras, no para la misión”. “Quieren que le entre modosito y entonces yo tenga que enfrascarme en todo lo de una parroquia como esta ahorita y yo les digo que no, mi tiempo es cien por ciento para los migrantes. Hay gente que no atendemos por estar oficiando misas y estar en la oficina”. Al preguntarle del episcopado, asegura que él tiene el apoyo de este organismo religioso, pero hasta noviembre cuando deja de ser coordinador de la dimensión pastoral en 15 diócesis en tres provincias eclesiásticas que son de los estados de Chiapas, Oaxaca y Guerrero. Entonces si es necesario, adelantó, pedirá el apoyo del papa Benedicto XVI para que le permita ser misionero de tiempo completo. Del nuncio apostólico, monseñor Christophe Pierre, dijo, “me recibe periódicamente, es mi amigo, es un buen hombre, pero igual mi tiempo se acaba en noviembre”. “Por eso quiero decirles al papa y a el nuncio apostólico que ellos saben muy bien que la iglesia no es un monolito, es un ministerio de comunión, una unidad en la diversidad, yo lo que les pediría es que me dejen ser fiel a lo que ellos mismos me enseñaron, las enseñanzas del evangelio, en el concilio ecuménico vaticano segundo y en la quinta conferencia episcopal latinoamericana de Aparecida Brasil, donde nos dicen que somos esencialmente misioneros”. Emocionado el padre Solalinde añade que “la misión es la vena de Jesucristo que se paso todo el tiempo en la calle, con la gente, evangelizando y celebró una sola misa. Pedirles que evangelicemos, que convivamos con la gente de abajo, con los indígenas, con los campesinos, las mujeres, los jóvenes y desde luego, con los migrantes”. Antes de terminar la entrevista porque tiene que atender a muchos de los migrantes que llegan hambrientos, deshidratados, enfermos o lastimados, el religioso responde a la pregunta de su seguridad personal, concedida por el gobierno de la republica. “Es simbólica, pero me gusta y estoy colaborando”.
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