Corazones acelerados, manos sudorientas, mejillas ruborizadas, nerviosismo total, voz entrecortada y mariposas en el estómago; son los efectos que provoca ese flechazo de descargas de emociones que electrizan tu cuerpo.
“Esos sentimientos abrumadores de estar emocionado, feliz y profundamente enamorado son resultado de una compleja actividad cerebral”, así lo informó la Coordinadora Estatal del Programa de Salud Mental de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), Ana Laura Solís Martínez.
Quien dijo que durante este proceso el cerebro produce sustancias químicas que hacen que la persona eleve su autoestima, experimente euforia, se sienta animada, alegre y vigorosa, sin necesidad de tomar, inyectarse o fumar nada.
Detalló que las sensaciones que se perciben son causadas por las hormonas endógenas (se producen en la corteza cerebral), entre las cuales se encuentra: la oxitocina, que se origina cuando existe un amor pasional y se relaciona con la vida sexual.
La dopamina aumenta siete mil veces su cantidad, que es la droga del amor y la ternura, la finilananina, que genera entusiasmo y pasión por la vida, la endorfina, que es un trasmisor de energía y equilibra las emociones (el sentimiento de plenitud y el de depresión), la epinefrina, que es un estímulo para el desafío de la realización de metas, especificó.
Si hay abundancia de ellas, puntualizó, hay inteligencia emocional e interpersonal; la persona se siente ubicada, sabe quién es, a dónde va, conoce sus habilidades, talentos y se siente dueña de sí misma.
Al ver a la persona indicada, el corazón late con más rapidez (130 pulsaciones por minuto), aumenta el ritmo respiratorio, las pupilas se dilatan, se liberan grasas y azúcares que incrementan la capacidad muscular, el organismo recibe más oxígeno, lo que permite una mejor oxigenación y nutrición de cada célula del cuerpo, igualmente favorece la digestión, activa la circulación y mejora el estado de estrés, ansiedad o tristeza, apuntó.
Explicó que con el tiempo el organismo se hace resistente a los efectos, por ello el período de enamoramiento tiene una duración de entre dos a tres años, “para conservar la pareja es necesario buscar mecanismos socioculturales como la grata convivencia, costumbre e intereses mutuos” señaló.
Enfatizó que antes de que una persona se fije en otra ya ha construido un mapa mental, un molde completo de circuitos cerebrales que determinan el amor ideal, “cada uno de nosotros desarrollamos los rasgos esenciales que debe tener nuestra pareja entre los cinco y ocho años de edad, como resultado de asociaciones con miembros de la familia, amigos o experiencias.
Este proceso de ebullición de descargas neuronales y hormonas, donde todo es impulso y oleaje de emociones, son las que hacen que una pasión amorosa descontrole nuestra vida y ellas son las que explican buena parte de los signos del enamoramiento, y es cuando vemos el mundo de color de rosa y nos sentimos flotando, concluyó.
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