Mensaje del Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam

Mensaje del Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, después de “la Cuarta Reunión de la Red Mexicana de Cooperación Judicial para la Protección de la Niñez” y la firma del “Convenio de Colaboración en Materia de Adopción y Restitución Internacional de Menores” que se realizó en las instalaciones del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF).

 

Déjenme decirles que estoy verdaderamente agradecido de que me hayan hecho doctor de todas las intervenciones, pero me siento obligado a reconocer que sólo soy Licenciado en Derecho, que me encanta que me digan doctor, así que pueden decirme las veces que quieran.

 

El evento de hoy es un evento de la mayor importancia, se inscribe en el marco de un proceso que por fortuna se ha venido dando en el país de manera permanente, a veces a una buena velocidad, a veces más lento, pero que por fortuna no se ha detenido.

 

Hemos venido generando los instrumentos fundamentales de nuestro tiempo en nuestro país para sumarnos a la cultura que hoy, por fortuna, en el derecho internacional se da en el sentido que la civilización, diría yo, repito, reclama nuestro tiempo, está empezando a notarse.

 

La cultura de los llamados derechos humanos que yo prefiero, en lo personal, y no voy a entrar al debate y llamarnos derechos fundamentales, por lo que no conozco otro tipo de derechos que no sean humanos, pero no es lo que estamos buscando.

 

Es indudablemente equivalente a aquellos avances fundamentales en derecho internacional que implicaron los reconocimientos de los derechos de la prisión y los derechos de los individuos, la especialización, la precisión, el concentrado de este tipo de análisis, estudio, legislación, enfocada a temas específicos nunca es más importante que en aquello que afecta el futuro de los países. Es decir, los derechos de los niños, y obviamente de las niñas.

 

Por qué es éste el tema que debiera meternos a todos, incluso precisiones mayores. Déjenme decirles que no sólo por los efectos que tiene en la inmediatez de lo que junto a esa cultura por desgracia se ha venido dando en el incremento de la delincuencia, sino también en los hechos claro, contundentes, los del día a día.

 

Hace unos días pudimos enterarnos con gusto del rescate de una menor en otro país, en un país centroamericano, y pudimos notar la eficiencia con la que Secretaría de Relaciones Exteriores logró la inmediata comunicación de la niña con los padres, romper lo que era más grave en este caso terrible como todos los casos de secuestro, de la separación del niño en un ambiente hostil.

 

De veras a una velocidad que es digna de considerarse, y me permito hacer un reconocimiento a la Secretaría de Relaciones Exteriores por ello, lograron conjuntarlos, independientemente de disposiciones o fueros (…inaudible…).

 

En este caso que pudo hacerse por la pura eficiencia, podemos lograr que se nos dé en la vida, en los hechos, pero fundamentalmente en la ley, tenemos que hacer que estos acuerdos trasciendan para que todos los estados podamos inmediatamente actuar de esa manera e inmediatamente poder resolver como ésta, varias interrogantes más que tienen que ver con la legislación que tiene que ver con los menores.

 

Yo creo que no hay duda de la inserción de nuestro país en la modernidad de los derechos. Creo que nadie puede decir que podemos dar pasos atrás en ello, creo que en el ámbito legislativo tenemos ya una legislación que nos puede enorgullecer y en algunos casos, incluso, es de avanzar.

 

Yo creo que hoy en lo que se refiere a derechos de víctimas somos uno de los países más adelantados del mundo, pero que además es urgente, que nos es verdaderamente necesario que como en este caso de los niños, en el caso de vivir en la juricidad tiene que convertirse en un aspecto fundamental de promoción de nuestra cultura del derecho.

 

Tenemos que acostumbrarnos primero los funcionarios, pero también los ciudadanos a entender las pinzas, las llaves que hacen del Estado de Derecho la forma de convivencia social más efectiva.

 

El hecho de que nada de lo que no esté prohibido, esté permitido para cualquier ciudadano, cierra la pinza con la fórmula al revés, nada que no esté perfectamente especificado en la ley, le es permitido a un funcionario.

 

Y de esa manera para el Estado, la ley se convierte en la regla, pero para el ciudadano es la garantía plena. Es el Estado de Derecho el que le garantiza al ciudadano que su libertad llegará hasta donde no afecte la de los demás.

 

Es el Estado de Derecho el que le garantiza al ciudadano que ninguna autoridad puede abusar de él, ni de sus derechos, es el derecho de que garantiza la convivencia con seguridad, con certeza, con conocimiento previo de lo que sabemos, de lo que podemos, de lo que debemos hacer.

 

Por eso convenir sobre normas para la actuación me parece una acertada decisión, por eso creo también que tenemos que tomar algunas de las ideas que se forjaron cuando se inicia esta red, las que el Magistrado Édgar Elías Azar, desde el evento inaugural de la primera reunión de la red mexicana de cooperación judicial para la protección de la niñez, hizo en su llamado a trabajar conjuntamente en temas que son relevantes: la restitución, la adopción, la custodia, la educación, la seguridad, la salud, la formación libre del desarrollo de la personalidad. Me volvió a tocar esos temas, la formación libre del desarrollo de la personalidad del niño, es que es un tema de una enormidad muy actual.

 

¿Cómo vamos a desarrollar la personalidad del niño si juega matando, si se entretiene viendo en la televisión el rompimiento pleno del Estado de Derecho, si la venganza se convierte en uniforme del heroísmo, si el que mata por venganza se le confunde con justicia, si se deja de lado la actuación y la obligación de ser el Estado el conductor de esa normatividad que nos garantice a todos la equidad, la plenitud y la certeza?

 

¿Cómo vamos a lograr esa plenitud de los niños si no somos capaces de modificar aquello que diario, que diario ponemos en sus juegos, en su vida, si no somos capaces de modificar también la actitud de padres y la actitud de adultos que todavía no entendemos que la mejor educación la da el ejemplo, si no somos capaces de, además de aplicar el derecho, y que además de convenir para aplicarlo, actuamos dentro del derecho?

 

Por eso hoy me parece un magnífico día para firmar un acuerdo.

 

Muchas gracias a todos.

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