*La Secretaría General de Gobierno llama a ambas localidades a mantener un clima de paz, para resolver por la vía del diálogo este conflicto agrario
Para prevenir cualquier posibilidad de enfrentamientos y connatos de violencia en el municipio de Juchitán de Zaragoza, derivado de un conflicto de límites territoriales entre Chicapa de Castro y San Dionisio del Mar por la pugna de mil 711 hectáreas de terreno, la Junta de Conciliación Agraria, órgano desconcentrado de la Secretaría General de Gobierno (SEGEGO), llama a ambas localidades a mantener un clima de paz y civilidad, para resolver mediante el diálogo este conflicto agrario.
De acuerdo con una Resolución Presidencial del 17 de junio de 1964, publicada en el Diario Oficial de la Federación, se le reconoce a Juchitán de Zaragoza una superficie de 68 mil 112 hectáreas, incorporadas al régimen ejidal y que benefician a mil 141 campesinos, dentro de las cuales se encuentra el anexo agrario de Chicapa de Castro.
En tanto, a la comunidad de San Dionisio del Mar, se le reconocen y titulan en 1970 mediante Resolución Presidencial una posesión de 18 mil 223 hectáreas de tierras, que actualmente benefician a 1028 comuneros.
Una de las principales aristas de la pugna limítrofe es que la superficie territorial de Juchitán de Zaragoza presenta una sobreposición de planos, lo que ha provocado una indefinición de los linderos que dividen a Chicapa de Castro y San Dionisio del Mar, situación que ha inhibo la elección del Comisariado de Bienes Comunales, provocando una persistente condición de indefinición jurídica.
La zona en pugna se ubica exactamente entre las mojoneras «La Soledad», con rumbo oriente hasta «Loma Coachi» y «Cerro Prieto».
Ante ello, la Junta de Conciliación Agraria ha establecido los mecanismos de diálogo, mediación y trabajos técnicos necesarios para distender el conflicto; sin embargo, dado a que no ha sido viable la solución a través de la conciliación, Chicapa de Castro manifestó que promoverá ante el Tribunal Unitario Agrario (TUA) la regularización de sus derechos, de los comuneros y/o ejidatarios, para tener la personalidad jurídica que les permita regularizar la superficie en posesión.
De esta forma, la dependencia encargada de la política interna del estado, teniendo como base de trabajo el diálogo abierto e incluyente, pide a todos los ciudadanos de la región mantener una postura de civilidad, respeto y evitando confrontaciones, anteponiendo en todo momento el estado de derecho, para de esta forma caminar todos juntos rumbo a la construcción de acuerdos, que en el clima de normalidad democrática que nos rige es fundamental impulsar el desarrollo de Oaxaca.
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