Alebrijes, artesanía que expresa la imaginación y talento oaxaqueño

Con la entusiasta participación de familias de artesanos que se dedican a la elaboración de alebrijes, inició la XII Feria Artesanal de San Antonio Arrazola, comunidad de los Valles Centrales que se distingue por ser la cuna de esta artesanía, cuyas figuras enigmáticas elaboradas en madera de copal, han adquirido prestigio a nivel nacional e internacional por su peculiar belleza decorativa y artística.

 

A partir del 21 de julio y hasta el 4 de agosto, oaxaqueños y visitantes podrán recorrer cada uno de los stands instalados en la explanada municipal de este poblado, en donde se exhiben una gran variedad de alebrijes, entre los que sobresalen los míticos dragones y pegasos, así como tigres, elefantes, aves y reptiles, entre otras piezas creadas de la imaginación y habilidad técnica de los artesanos.

 

En cada pieza sus creadores unen su visión personal  del mundo que los rodea, mezcla de lo real con lo fantástico, a través de figuras en su mayoría zoomorfas, es decir, con formas de animales. Por lo que de 10 de la mañana a 6 de la tarde se puede acudir a ésta Feria para apreciar la estética y calidad de cada una de las figuras que ahí se exponen.

 

“Para los habitantes de Arrazola, los alebrijes son un medio de expresión de la imaginación del artesano oaxaqueño que se materializa al esculpir la madera”, afirmó en entrevista el presidente del Comité Organizador de la Feria Artesanal de San Antonio Arrazola 2013, Catarino Carrillo Morales.

 

Manifestó que ésta artesanía constituye una tradición con profundo arraigo, ya que los conocimientos y técnicas de elaboración ha sido transmitida por generaciones en las familias, en donde los hombres, mujeres y niños tienen una participación específica que va desde la búsqueda del tronco de madera, hasta el tallado y pintado de las piezas.

 

Carrillo Morales, explicó que el alebrije nace desde la tierra misma, ya que en ella están arraigadas las raíces de los árboles de copal de donde son cortadas las ramas y troncos de donde se originan.  En este sentido, son los hombres quienes acuden a buscar la madera para “machetearla” –quitarle la cascara de corteza y otras impurezas- y es entonces cuando el artesano visualiza su creación.

Posteriormente, con la ayuda de una navaja se empieza a tallar y definir la forma del alebrije, su cara, silueta y extremidades; cuando se tiene hecha completamente  la figura, se deja secar por dos o tres días en la sombra, e incluso, puede ser más tiempo dependiendo de la temperatura ambiental y del tamaño de la pieza.

 

Después de ésta fase, las mujeres y los niños realizan el pintado de la figura, en donde primero ponen una capa de color uniforme y se definen los detalles de expresión de rostro y otras partes del cuerpo, como los ojos, la boca y garras; al final se pintan de colores llamativos otras especificaciones como dibujillos finos de tipo estrella, floral y grecas. En tiempo, dijo, cada alebrije se hace en un promedio de 7 días y hasta un mes.

 

Por último, externo que este evento permite que artesanos de otras colindancias cercanas a Arrazola, puedan exponer y vender sus artesanías, por lo que hizo una cordial invitación para que acudan a esta población a admirar y comprar alebrijes, como un grato recuerdo de la riqueza cultural de Oaxaca.

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