Oscar Rodríguez
En el municipio de San Bartolo Coyotepec, no se dejó votar, ni contender a las mujeres como candidatas a ejercer una regiduría o la propia presidencia municipal de dicha demarcación, regida bajo el sistema de usos y costumbres.
La elección aun no ha sido validada por el consejo general del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (IEEPCO) y está pendiente su reposición.
En dicho poblado hay padrón de 8 mil 864 habitantes, de los cuales 4 mil 100 son mujeres en posibilidad de ejercer su derecho de voto.
El edil del poblado Horacio Sosa, -hermano de Flavio Sosa, actual diputado por el Partido del Trabajo (PT), y ex líder y consejero de la desaparecida Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), considero como vergonzoso, que se haya impedido el derecho de voto a las mujeres, argumentando que no fue su responsabilidad, acusando de tal determinación a su asamblea comunitaria.
El munícipe calificó el hecho como un gravísimo retroceso que atenta contra los derechos políticos de la población femenina del municipio, que apenas hace tres años se incorporó a las tareas del gobierno municipal, cuando fueron electas tres regidoras, y desde hace más de veinte años participan en comisariados, comités y hermandades.
Aclaró que en la administración en curso, que terminará en diciembre próximo, están en funciones tres regidoras que fueron electas en asamblea, y que representan casi 40% de las ocho regidurías municipales. “Que elijamos por usos y costumbres no quiere decir que discriminemos a las mujeres”, dijo.
En San Bartolo, agregó, “todas las mujeres deberían tener derecho a votar y a ser votadas; es una vergüenza para el pueblo que se les considere inferiores, o incapaces”, cuando el municipio no habría podido avanzar hasta donde está hoy sin la aportación de las mujeres que siempre han participado en distintas tareas a favor del desarrollo comunitario.
Horacio Sosa consideró una ironía que la decisión se haya tomado justo la misma semana en la que el resto del país celebró los 60 años del reconocimiento del derecho de las mujeres a votar y ser votadas para todos los cargos de elección popular. “Esto es un retroceso, desde donde se le mire”, expresó.
Recordó que incluso durante la asamblea del domingo él fijó su posición en contra de negar ese derecho a las mujeres de la comunidad, al igual que el síndico municipal y el primer alcalde constitucional, pero finalmente la mayoría se impuso.
Agregó que algunos ciudadanos de la comunidad introdujeron esa propuesta a la asamblea, por considerar que la función pública implica participar en actividades que podrían ser riesgosas para las mujeres, y que ellas no pueden desarrollar las mismas tareas que los hombres, idea que fue apoyada posteriormente por otras personas.
De acuerdo con Gloria Zafra directora de elección de Usos y Constumbres en el Instituto Estatal Electoral y de Participacipon Ciudadana, hay unos 90 municipios indígenas donde sigue habiendo discriminación y exclusión a las mujeres y a los residentes no radicados en los poblados para que pueden ejercer su derecho a voto o pueden contender como aspirantes a concejales.
Precisó, que el órgano electoral tiene al menos 30 formas de elegir y organizar el sistema de elección de cargos ancestrales, mismo que ha convenido en acuerdo con la decisión de cada una de las asambleas plenarias y comunitarias de los poblados donde se llevan a cabo las elecciones indígenas.
Dijo que pesar de la labor de convencimiento, culturización que han realizado las propias autoridades electorales con los pueblos en los últimos años no se han logrado romper inercias, viejas tradiciones en algunos, los menos, donde persisten prácticas discriminatorias contras la mujeres.
Precisó que en Oaxaca hay 570 ayuntamientos, 417 de los cuales están regidos bajo el sistema de normas comunitarias, y en 90 aún persisten prácticas arcaicas y primitivas y misóginas contra la participación de la mujer en las elecciones.
En su oportunidad la diputada federal Eufrosina Cruz Mendoza, quien fue víctima de la misógina indígena, en su natal Santa María Quiegonali, donde durante las elecciones del 2007, le cerraron la oportunidad para contender como candidata, además de que en tal poblado el voto femenino está prohibido, dijo que es tiempo de vencer a los caciques de los pueblos aquellos que no permiten en Oaxaca la libertad del voto de la mujer.
De acuerdo con la legisladora federal del partido Acción Nacional, en Oaxaca, sigue prevaleciendo en muchos pueblos y comunidades indígenas un patriarcado político, donde solo los hombres pueden sufragar.
Cruz Mendoza, refiere que es tiempo de retar a los caciques, empezando por cambiar las leyes y las formas de gobernar en esos municipios donde se excluye en las mujeres de la decisión de nombrar a sus gobernantes.
De 417 elecciones comunitarias en Oaxaca solo se han desarrollado hasta el momento un total de 163 comicios, en 118 existen conflictos faltando por desarrollarse 254 elecciones.
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