Oscar Rodríguez
En Oaxaca hay antecedentes históricos en el pasado respecto de la presencia de grupos de autodefensa en los años 70 y 90s con la irrupción y presencia de grupos armados, ligados con el Partido de los Pobres –Unión del Pueblo (Procup-PDLP) y el Ejército Popular Revolucionario (EPR).
De acuerdo con el Centro de Documentación de los Movimientos Armados (CEDEMA), elaborado por el investigador social Jorge Lofredo, las incursiones de dichos grupos han sido propagandísticas y violentas con algunos bombazos, uno de ellos en 1978 en el centro histórico de la Ciudad de Oaxaca.
Más tarde en 1996 se genera presencia más virulenta con el EPR con dos ataques como parte de su campaña político-militar en varios estados entre ellos Oaxaca.
En dicha ocasión se difundió propaganda en donde expresaba que el grupo insurrecto actuaba «por los desaparecidos políticos y en memoria de los asesinados, de los masacrados y caídos en combate en la nueva revolución popular, y como respuesta a la escalada represiva y a la militarización desplegada por el gobierno antipopular del entonces ex presidente Ernesto Zedillo contra el pueblo y el movimiento armado revolucionario».
En la acción, y conforme a lo expuesto en el parte militar del Ejército Mexicano, se expresó que dos destacamentos del EPR atacaron de manera simultánea bases policiales y militares en Tlaxiaco en la región de la mixteca y en Bahías de Huatulco, en la zona costera donde se reportó un saldo de 13 muertos y dos heridos.
En la base de datos de la Procuraduría General de Justicia (PGJO) se estable que derivado de estos acontecimientos se integraron diferentes indagatorias que quedaron sin efecto luego de que en el 8 de diciembre del año 2 mil, se publicó un decreto aprobado por la Cámara de Diputados y propuesto por el ex gobernador José Murat para amnistiar a 47 implicados con el EPR.
Entre los implicados había ex autoridades municipales del municipio de San Agustín Loxicha, aunque pendiente quedaron varias líneas de investigación que estaban dirigidas en contra de varios integrantes del magisterio disidente, entre ellos Claudio Flores Osorio, y recientemente asesinado Rafael Rodríguez líder de la organización denominada Frente Amplio de Comunidades Marginadas del Estado de Oaxaca (FACMEO), -agrupación a la que se le vinculó con el plagio de los sobrinos del ex Presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CEE) Gerardo Gutiérrez Candiani-, y cuyos implicados están presos internados en penales de alta seguridad.
El procurador de Justicia de Oaxaca Héctor Joaquín Carrillo, afirmó que independiente de estos antecedentes, al momento no hay advertencias del surgimiento de nuevos grupos de autodefensa, vinculados con la guerrilla.
“No tenemos informes al momento claros o precisos que nos establezcan alguna relación o vinculación entre la guerrilla con el surgimiento de algún grupo de autodefensa o policía comunitaria.
Hubo en su momento hace muchos años y estaremos atentos ante cualquier eventualidad”.
En tanto Adelfo Regino, secretario de Asuntos Indígenas del gobierno estatal, precisó que en Oaxaca la organización interna de los pueblos indígenas regidos bajo el sistema de usos y costumbres ha permitido que haya topiles y mayores de vara que fungen gratuitamente para brindar seguridad a sus comunidades.
Detalló que la figura del topil prevalece desde la época prehispánica y actualmente está actúa dentro de la estructura administrativa de un ayuntamiento indígena para generar condiciones de paz, la tranquilidad y de orden, en las comunidades de manera gratuita.
De acuerdo con este sistema, todo ciudadano que aspire a ser edil deberá cumplir con cada uno de los cargos de este escalafón, incluido el de topil, y por ningún motivo podrá rehusarse a desempeñar cualquier tarea asignada por la Asamblea Comunitaria, ya que esta omisión será severamente castigada por todo el pueblo, refiere.
Dejo claro que muchos municipios indígenas de la Sierra Norte, el topil es el vínculo con los ciudadanos, lleva los telegramas, los recados, los mandatos de las autoridades municipales y comunales al interior del municipio y fuera de ella.
Dijo que Los mayores de vara son los que coordinan a los topiles para que cumplan y respeten a la gente, son sus jefes inmediatos. El mayor de vara obedece los mandatos del agente municipal o en el caso de las cabeceras municipales de los síndicos.
Todo esto se hace en coordinación con las instancias estatales que correspondan, cuando hay una agresión de otra magnitud en la que los municipios no tienen capacidad suficiente para repeler la fuerza de los agresores, ahí entra la coordinación de las fuerzas del estado y de la Federación para afrontar este tipo de circunstancias.
Cuestionó a quienes han pretendido descalificar el desempeño de los topiles porque representan “todo un sistema que ha mantenido la paz y la seguridad en nuestros pueblos”.
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