Gamboa Pascoe, Romero Deschamps y Flores Morales suman 80 años en el poder sindical

* El gobierno los deja operar libremente, a cambio de que se plieguen a su política laboral: Alcalde

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Carlos Romero Deschamps, Joaquín Gamboa Pascoe y Joel Ayala Almeida, en el acto por el quinto informe de gobierno de Felipe Calderón, realizado en el Museo de Antropologia e Historia el 2 de septiembre de 2011
Carlos Romero Deschamps, Joaquín Gamboa Pascoe y Joel Ayala Almeida, en el acto por el quinto informe de gobierno de Felipe Calderón, realizado en el Museo de Antropologia e Historia el 2 de septiembre de 2011

atricia Muñoz Ríos

Periódico La Jornada

Lunes 17 de febrero de 2014, p. 16

El actual líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Joaquín Gamboa Pascoe, cumplió cuatro lustros como dirigente en diversos gremios; en el sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps tiene más de cuatro lustros al frente y lleva 43 años ocupando diversos cargos en el mismo, mientras Víctor Flores Morales tiene casi cuatro lustros encabezando a los ferrocarrileros. Entre los tres suman 80 años en el poder sindical.

En tanto, en las organizaciones democráticas, Francisco Hernández Juárez tiene 37 años al frente de los telefonistas.

La cúpula del sindicalismo mexicano tiene en promedio tres o cuatro lustros en el poder. Procedentes de organizaciones corporativas o democráticas, los líderes han logrado mantenerse en los cargos mediante relecciones o por la modificación de estatutos.

En las organizaciones corporativas, han encontrado recovecos en las normas y leyes laborales para relegirse indefinidamente.

Los esquemas que utilizan para que elección tras elección se mantengan en las dirigencias van desde la utilización de eufemismos como la “ampliación del mandato” hasta votaciones por “aclamación”, “económicas” o “candidaturas únicas”. Pero algunos gremios han llegado a prácticas gansteriles para acallar y aterrorizar disidencias, y en otros los dirigentes declaran que “son sus bases las que les mandatan que no se vayan”.

En pos de diputaciones y senadurías

Los líderes sindicales del país han tomado sus dirigencias no como un servicio a los trabajadores, sino como “franquicias”, como el gran negocio, por lo que no sueltan el poder. Manejan recursos, influencias, adquieren diputaciones, senadurías, favores gubernamentales; es el paraíso para esta cúpula, señaló sobre este fenómeno la Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD).

A sus casi 87 años, Joaquín Gamboa Pascoe está al frente de CTM desde 2005. Sin embargo, el dirigente que nunca fue obrero y que cuando hace años se le cuestionó de la supuesta adquisición de coches de lujo respondió: “A mí nunca me verán de huaraches”, ha sido líder sindical desde hace más de ocho lustros. Desde 1973 llegó a la secretaría general de la Federación de Trabajadores del Distrito Federal.

Gamboa, quien también acuñó la frase “¿Qué, porque los trabajadores están jodidos yo también debo estarlo?”, además ha sido presidente del Congreso del Trabajo y se religió en el cargo. Pertenece a la escuela que dejó el líder Fidel Velázquez, quien sentenció: “A mí me van a sacar de la CTM con los tenis por delante”, y así fue.

También su sucesor, Leonardo Rodríguez Alcaine, quien luego de que llegó a la dirigencia no la soltó, salió en ataúd de la CTM.

Víctor Flores Morales lleva 18 años como líder de los ferrocarrileros y le faltan más, ya que tiene toma de nota hasta 2018. En el inter, ha sido diputado y presidente del Congreso del Trabajo (CT), y podría estar buscando repetir otra vez más en este último cargo, la próxima semana, en que habrá elecciones en este organismo.

No importan las denuncias penales en su contra por supuesto fraude al fideicomiso ferrocarrilero, ni que no haya un proceso claro de elecciones en este gremio. Una y otra vez, el dirigente obtiene la “toma de nota” como secretario general, de parte de la Dirección del Registro de Asociación de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.

Carlos Romero Deschamps, el líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, quien en enero de este año cumplió 70 años, asumió en 1993 la secretaría general del gremio de manera interina, y no la ha soltado en cuatro lustros. A pesar de los casos del llamado Pemexgate, y de que su dirigencia ha estado cuestionada por señalamientos de corrupción de parte de la disidencia, él ha mantenido un esquema de relecciones en el que, incluso, las dos últimas las hizo por anticipado, es decir, antes de que terminara su periodo se religió para el siguiente.

El abogado laboral Arturo Alcalde comentó que la permanente relección de los líderes “es símbolo de la degradación del sindicalismo en México”.

Añadió que no hay renovación, porque no hay mecanismos democráticos de elección y cambio. En una especie de trueque, el gobierno deja operar libremente a los dirigentes y los reconoce legalmente, a cambio de que se plieguen a la política laboral en turno.

 

Del lado de los gremios llamados democráticos, el dirigente del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana, Francisco Hernández Juárez, fue electo secretario general en 1976. Han pasado 37 años, más de seis sexenios, y sigue en el cargo.

Un caso actual es el del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM), donde se llevarán a cabo elecciones en los próximos meses y su dirigente, Agustín Rodríguez Fuentes, luego de 20 años en la secretaría general, buscará la relección. Está buscando una planilla de unidad y registrará su candidatura antes del 7 de marzo próximo.

El esquema de relección perpetua se importó del sector corporativo y llegó a todo el sindicalismo nacional.

Ahora prácticamente todos los líderes de gremios del sector burocrático se religen utilizando procesos “opacos”, ampliación de mandatos y otros mecanismos, indicó Alcalde.

Otros simplemente se religen periodo tras periodo, como Víctor Fuentes del Villar, secretario general del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM), quien llegó al cargo desde 2005. Sustituyó a Rodríguez Alcaine, quien estuvo al frente más de 30 años.

Isaías González Cuevas desde 1980 fue secretario general de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) en Baja California Sur, y desde 2005 ocupa la dirigencia nacional de la organización. Su periodo supuestamente termina en 2016.

Mientras, Joel Ayala Almeida desde 1995 y hasta 1998 lideró el Sindicato de Trabajadores de la Secretaría de Salud, y desde esa fecha está al frente de la Federación de Sindicatos al Servicio del Estado (FSTSE).

Valdemar Gutiérrez Fragoso, como secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social, primero amplió el mandato de cuatro a seis años y luego modificó estatutos para relegirse. Tenía toma de nota hasta 2018, pero una enfermedad cardiaca lo sacó de la dirigencia.

Según la ANAD, entre los dirigentes se reparten cargos, por lo que también que reciben sueldos de instancias gubernamentales. “Unos son representantes ante el Seguro Social, otros ante las juntas de conciliación y arbitraje, otros en el Infonavit, en organismos tripartitos.

“Las fuentes de ingresos les sobran; los trabajadores son lo de menos. Cada vez se limitan más las posibilidades de tener sindicatos reales. La representación obrera es nula. Estamos ante la mayor crisis del sindicalismo nacional”, aseguró la asociación de abogados.

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