Gobernadora municipal denuncia intentos por desacreditarla

4eed737d2ff3908ce862f76a0c52416f_LPor Sara Lovera y Gloria Analco

(saraloveralopez@gmail.com)

México, marzo (SEMlac).- Amenazada por la comunidad indígena de que desaparezcan sus poderes, hostigada y perseguida por querer ser presidenta municipal, despachando en la clandestinidad,  es un ejemplo de que los derechos políticos siguen siendo restringidos y vulnerados para las mujeres.
Se diría que es resultado directo de la supremacía masculina, resultado de un sistema normativo ancestral, como dijo en el Senado de la República la antropóloga Marcela Lagarde y de los Ríos, el 6 de marzo, cuando se hizo un reconocimiento Elvia Carrillo Puerto, feminista y sufragista mexicana nacida en 1878 y fallecida en 1967.

El conflicto se halla en el poblado San José Cosolapa, municipio del Estado de Oaxaca, donde históricamente nunca ha gobernado una mujer y donde Carmina Álvarez García tuvo que vencer una lista de obstáculos para lograrlo.

En entrevista para SEMlac, comentó que su lucha comenzó desde antes de las elecciones municipales de julio de 2013.
Entonces enfrentó una campaña de desprestigio motada por sus adversarios políticos, interesados en controlar la vida del pueblo. A Camila la votaron mayoritariamente, por lo que ella afirma: «la mayoría de los ciudadanos estaban hartos del mal gobierno y prefirieron la opción de una mujer candidata. Yo ofrecía la frescura y mayor certeza de honestidad», explicó.

La andanada proviene del ex alcalde Gustavo Díaz y el ex candidato a la presidencia municipal Luis Flores Guerrero, quienes han actuado incluso con violencia y se han opuesto a una elección legal.

Hoy Carmina Álvarez despacha como alcaldesa en un salón ejidal y no en el Palacio Municipal, que ha sido invadido por los inconformes. Argumenta que se trata de generar ingobernabilidad en Cosolapa para lograr que se decrete la desaparición de poderes.

De acuerdo con la magistrada Carmen Alanís, del Tribunal Electoral, lo que está ocurriendo en San José Cosolapa es prueba de que en México, a pesar de los espacios que se han abierto y los cambios legislativos en la incursión femenina en la política real, existe resistencia varonil. Además de la que practican los partidos políticos, reacios a reconocer la igualdad de género establecida en la ley.

Actualmente solo tres por ciento de los municipios de Oaxaca, que renovaron autoridades el primero de enero de 2014, tendrán una presidenta municipal.
De los 570 municipios de Oaxaca, solo 17 mujeres ocupaban una presidencia municipal en 2010; es decir, 96,67 por ciento de los municipios en esa entidad eran ocupados por hombres, según información del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana.

Los avances y leyes en materia de igualdad de género en la política no operaron en Oaxaca, porque entre 2011 y 2013 solo siete mujeres ocuparon una presidencia municipal, menos incluso que en el año precedente.

Apenas en la primera semana de marzo, en el municipio de San Bartola Coyotepec, Oaxaca logró enfrentar un problema de desigualdad político-electoral y, por primera vez, el Tribunal Electoral solicitó a esa comunidad indígena –regida por su sistema normativo ancestral, de usos y costumbres– que registre a mujeres como candidatas para formar parte de sus autoridades, explicó la magistrada.

En San José Cosolapa, el grupo inconforme con el triunfo de la alcaldesa, del Partido Movimiento Ciudadano, la ha hostigado constantemente desde las elecciones hasta la fecha, con acosos, bloqueo de caminos, la toma del Palacio Municipal, quema de vehículos y hasta disparos en su domicilio.

Ya desde el día de las elecciones, el 7 de julio de 2013, prevalecieron las prácticas ilegales, como la compra de votos y la intervención de funcionarios municipales, en complicidad con los representantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y de la Coalición «Unidos por el Desarrollo» (PAN-PRD-PT), que apoyaba al ex candidato Luis Flores Guerrero.

Tres días antes de las elecciones, el equipo de colaboradores y simpatizantes de la alcaldesa fueron retenidos, golpeados e intimidados, física y psicológicamente, además de que a muchos de ellos les retuvieron sus credenciales de electores, sin que las autoridades competentes hicieran hasta ahora nada al respecto.

En la mañana del día de las elecciones, cuando se renovaron 153 alcaldías –25 diputaciones por la vía nominal y 17 más por la relativa–, individuos no identificados realizaron disparos contra el domicilio de Carmina Álvarez, sin que se reportaran heridos. Pero ello es considerado como anticipo de lo buscan: defenestrarla.

De hecho, el fraude electoral en su contra ya se había logrado concretar el día en que se realizó el cómputo final, en la ciudad de Oaxaca, capital del Estado del mismo nombre, a donde se habían trasladado los paquetes electorales, luego de que el consejo municipal encontró que fueron alterados los resultados de la casilla 136 contigua 1, que al ser corregidos evidenció el triunfo a Carmina.

Fue en el cómputo realizado en la ciudad de Oaxaca donde los resultados volvieron a modificarse a favor del candidato de la coalición «Unidos por el Desarrollo, Luis Flores Guerrero, de lo cual la propia Carmina responsabilizó al Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO). En ese momento señaló al diputado local, Joel Isidro Inocente, así como a los representantes de las coaliciones «Unidos por el Desarrollo» y «Compromiso por Oaxaca».

Ante esos hechos, el coordinador del partido Movimiento Ciudadano, José Soto Martínez, declaró que sus candidatos contaban con el respaldo de la dirigencia del MC y advirtió que irían a los tribunales para que se reconociera el triunfo de Carmina Álvarez, quien había declarado: «Soy presidenta de Cosolapa y no voy a ceder».

Luego se fue a los tribunales, tanto estatales como federales, con la ley y las pruebas en la mano: videos y fotografías sobre cómo habían intentado arrebatarle el triunfo electoral.

Cuando Luis Flores Guerrero, candidato a la Presidencia Municipal por la coalición «Unidos por el Desarrollo», ya se daba como ganador y esperaba recibir su constancia de mayoría como edil de Cosolapa, según lo dispuesto por el IEEPCO, prosperaron las pruebas que presentó Carmina ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TRIFE), que le reconoció su triunfo.

Fue cuando Cosolapa –como es más conocido ese municipio– se convirtió en un polvorín y ex candidatos de los partidos de Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI), Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano amenazaron con que, «si no se respetaba la voluntad del pueblo», llevarían a cabo acciones más drásticas. Ahí empezaron a bloquear carreteras, tomar instalaciones públicas, quemar vehículos y pedir el nombramiento de un alcalde interino que sustituyera a Carmina Álvarez.

«Con la ley y las pruebas en la mano se comprobó que gané», expresó Carmina Álvarez. «Soy presidenta municipal de Cosolapa y no voy a doblarme ante la insistencia de intereses oscuros», dijo y agregó que está pidiendo cuentas claras a su antecesor sobre 150 millones de pesos del erario municipal de los que no se tienen noticias.

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