El diputado federal Carol Antonio Altamirano subió a la más alta tribuna del país para expresar que el seguro de desempleo es una bandera de justicia que no debe afectar otros derechos conquistados por los mexicanos, como la vivienda.
“El Seguro de Desempleo es bueno, lo que está mal son los términos del dictamen, porque pretende financiar a éste a costa de otro derecho, que es el derecho de la vivienda, que es una conquista histórica de los trabajadores mexicanos. Nada justifica forzar a los trabajadores para que dispongan de sus recursos y así financiar otro derecho”, dijo.
El Seguro de desempleo, sostuvo el legislador del PRD, es una bandera de justicia y de política económica que le conviene al país. Este tipo de seguros existen en el mundo desde hace décadas para proteger a los trabajadores durante los periodos de depresión económica, en especial a los de bajos ingresos.
El diputado perredista sostuvo que con este dictamen, elaborado y votado tramposamente estamos ante una simulación, que fue motivada por la mezquindad de no querer realizar aportaciones para financiar este seguro, “lo que molesta es que en vez de tener un seguro de desempleo, se busca la manera de no asumir sus costos”, puntualizó.
“Es absurdo que, a pesar de que la Cámara de Diputados ya aprobó una reforma constitucional en esta materia, nos presenten un proyecto que establece el financiamiento para un derecho pero a costa de debilitar otro”, explicó.
Dijo que el PRD está a favor al Seguro del Desempleo; pero no a la simulación, “si el país debe tener un seguro de desempleo, debemos asumir que necesita ser financiado mediante contribuciones en función de los ingresos y capacidades económicas de cada factor de la producción”, recalcó.
El también Secretario de la Comisión de Presupuesto de la LXII Legislatura Federal, señaló que se debe recuperar el sentido progresivo que debe tener la ley. Asumamos que el patrón, el gobierno y el trabajador tienen capacidades y responsabilidades diferenciadas.
“El trabajador tiene menos posibilidades de aportar. La mayoría tiene salarios muy bajos, que impiden realizar la aportación. Ningún esquema de financiamiento, sostenido sólo por los trabajadores tiene viabilidad. Además, no conducen ni las políticas de contratación de las empresas, ni la política económica nacional”, concluyó.
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