En el estado anualmente se registran aproximadamente más de cinco mil 900 muertes a causa de enfermedades crónicas degenerativas, asociadas al consumo de bebidas altamente azucaradas.
Por ello, los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) hacen un llamado a la población a evitar ese tipo de líquidos e incrementar el consumo de agua natural, ya que es la opción más saludable para mantener el cuerpo sano.
Cuando las personas beben refrescos, jugos enlatados o bebidas energéticas, hay una tendencia a aumentar de peso, lo cual incrementa el riesgo de desarrollar diabetes, hipertensión, padecimientos cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. Lo comento así la encargada del programa de Salud del Adulto y Adulto Mayor, Rosalinda Ferrusquia Canchola.
Y es que una lata de 600 mililitros de soda contiene el equivalente a 12.6 cucharaditas de azúcar y alrededor de 500 calorías, “si una persona consume esta porción diariamente está rebasando el máximo tolerable de azúcar que debe ingerir al día”, expuso.
Explicó que en los últimos siete años, el consumo de productos líquidos con alto contenido calórico en la entidad se duplicó entre los adolescentes y se triplicó en los adultos, asimismo el 18 por ciento de los escolares bebe estos productos durante el recreo.
Mencionó que actualmente la frecuencia en la ingesta de refresco supera a los alimentos básicos como leche, huevo, carne, frutas y verduras, lo que aumenta la probabilidad en un 60 por ciento que las nuevas generaciones padezcan sobre peso.
En este sentido destacó que por instrucciones del gobernador, Gabino Cué Monteagudo, y el titular de los SSO, Germán Tenorio Vasconcelos, se ha impulsado el proyecto “Agua limpia y segura”, por lo que a la fecha se han puesto en operación 33 bebederos en centros educativos, lo que beneficia a más de nueve mil infantes.
Destacó que los ingredientes con que se fabrican los refrescos (sacarosa, jarabe de maíz alto en fructuosa, cafeína, ácido cítrico y carbonato, entre otros), están estrechamente relacionados con el insomnio, debilidad, taquicardia, ansiedad, dolores de cabeza, fatiga, úlceras, osteoporosis, erosión de la dentadura, interferencia con la digestión de las proteínas y con la regulación de las funciones intestinales.
Finalmente recomendó a los oaxaqueños beber de uno a 2.5 litros diarios de agua simple (6 a 10 vasos), ya que elimina toxinas, desechos del cuerpo, grasas, y mejora las defensas, además de evitar enfermedades.
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