El fallecimiento en 2010 de Roberto Gallardo, de 15 años, derivó en órdenes de aprehensión contra los médicos que lo trataron y el surgimiento de un nuevo movimiento a través de redes sociales
GUADALAJARA, 23 de junio.- El joven Roberto Gallardo Rodríguez, de 15 años, ingresó el 15 de noviembre de 2009 a una sala de urgencias del Centro Médico de Occidente prácticamente muerto.
Roberto, quien a su edad pesaba 90 kilos, tenía una crisis asmática, y entró al hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) después de haber sufrido un paro cardiorrespiratorio.
El equipo médico que lo atendió esa noche pudo resucitar al joven, y de inmediato lo trasladó al área de infectología, al sospechar que había contraído el virus de la influenza AH1N1.
Sin embargo, al descartarse dicha enfermedad, fue trasladado en las primeras horas del día siguiente al área de terapia intensiva.
Debido a la grave condición en la que se encontraba Roberto, los doctores decidieron que la mejor forma de administrarle medicamentos era mediante un catéter que fuera directo a su corazón, una intervención quirúrgica que no está exenta de riesgos.
El padre del joven, Sergio Gallardo, dice que a su hijo, en el intento por ponerle el catéter, le perforaron ambos pulmones, por lo que tuvo que someterse a una cirugía más para tratar el daño ocasionado a los pulmones.
Según especialistas consultados por Grupo Imagen Multimedia, el procedimiento para tratar pulmones colapsados consiste en colocar una sonda pleural, la cual drena líquidos, sangre o aire, y permite que los pulmones se expandan y funcionen.
Días después los médicos descubrieron que Roberto tenía falta de circulación sanguínea intestinal, por lo que fue sometido a laparotomías exploratorias.
La falta de circulación sanguínea en el intestino le causó isquemia intestinal. Esto llevó a los cirujanos a realizarle varios cortes intestinales de partes dañadas o muertas para luego conectar los extremos restantes sanos.
Para entonces, las intervenciones quirúrgicas habían comenzado a mermar la salud del joven, denuncia el padre, sin que, según él, hubieran dado “un diagnóstico certero”.
La salud de Roberto fue deteriorándose paulatinamente durante las siguientes semanas, y finalmente murió el 9 de enero de 2010.
DISCREPANCIA EN CAUSA DE LA MUERTE
Según Sergio Gallardo, a su hijo nunca se le ordenaron estudios en las partes de intestino que le fueron retiradas para buscar el origen de la falta de circulación sanguínea, que puede ser causada por la tuberculosis.
Tras la muerte pidió que el joven fuera sometido a una autopsia de manera independiente a la ofrecida por las autoridades hospitalarias, luego de que el certificado de defunción indicara como causa de muerte “sepsis intestinal”, afirma.
Una autopsia realizada en el Servicio Médico Forense, ordenada por el padre, indicó que el joven murió por daño orgánico multisistemico histológicamente compatible con tuberculosis intestinal.
Para el padre de Roberto, el que le hubieran diagnosticado tuberculosis “a tiempo”, habría permitido “tratarlo y salvarle la vida”.
Sin embargo, según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, un diagnóstico certero de tuberculosis intestinal requiere un cultivo que necesita entre cuatro y seis semanas de espera. Aunque existen otros métodos, estos no suelen ser concluyentes.
La Comisión Nacional de Arbitraje Médico, tras analizar el caso, concluyó que Roberto murió debido a una respuesta inflamatoria sistémica causada por hipoxia grave, choque y paro cardiorrespiratorio —el motivo por el cual ingresó al hospital— con repercusiones sistémicas y múltiples procesos infecciosos que llevaron a una falla múltiple.
Según especialistas consultados, la debilidad de Roberto, su grado de obesidad y otros factores pudieron haber disminuido sus defensas, lo que derivó en dichos procesos infecciosos.
ACUSAN AUTOMEDICACIÓN
Según el Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS), Roberto entró a urgencias del Centro Médico de Occidente sin ningún control médico previo.
Antes de que ingresara al IMSS, Roberto fue llevado a la Cruz Verde con fluido nasal, estornudos y dolor de garganta, tras lo cual fue automedicado por sus padres con un antibiótico llamado cefalexina, paracetamol para el dolor y medicamento para la tos.
Luego el joven presentó fiebre, tos seca y dificultad para respirar, por lo cual fue nuevamente automedicado solo con paracetamol e internado en la Cruz Verde.
Ante el agravamiento de salud, fue finalmente llevado al Centro Médico de Occidente, donde ingresó intubado, con la piel azul por falta de oxígeno y con su corazón detenido.
LARGO PROCESO PENAL
Tras la muerte de Roberto, su padre inició en marzo de 2010 un proceso ante la Procuraduría General de la República (PGR) contra los médicos que estuvieron involucrados en su tratamiento.
Su denuncia quedó asentada en la Averiguación Previa 1944/2010, que fue consignada al juez Jaime Arturo Garzón Orozco, quien se negó a librar órdenes de aprehensión en contra de los médicos. Aunque el padre presentó un juicio de garantías, se negó el amparo y protección de la justicia.
Sergio Gallardo volvió a presentar la denuncia, a solicitar librar las órdenes de aprehensión y nuevamente fueron negadas. Aunque intentó ampararse, también se le volvió a negar el amparo.
El año pasado una vez más volvió a consignar la averiguación previa y liberar órdenes de aprehensión, pero estas nuevamente fueron negadas. Sergio Gallardo solicitó la protección de la justicia tras considerar que no se habían incluidas varias pruebas, tras lo cual el Segundo Tribunal Unitario del Tercer Circuito consideró que había suficientes pruebas para llevar a juicio a los 16 médicos.
Los médicos acusados, entre directivos, jefes de área y cirujanos, son Gildardo Guzmán Navarro, Ana Lilia Plascencia Rocha, Sergio Castellón Pérez, Alejandra López León, Víctor Gerardo Sánchez Torres, Oswaldo Plascencia Tavares, Maritza García García, Glorinella Aguilar Martínez, Juan Gerardo Aguilar Moya, Dalila Belem Cortés Jáuregui, Jorge Gerardo Orozco Brancaccio, Rafael Díaz Peña, Martha Marcela Espinoza Oliva, Sergio Benjamín Sánchez Gómez, María Guadalupe López Martínez y Virginia Torres Huerta.
Los médicos son acusados de homicidio culposo derivado de negligencia médica.
Luego de que el director del IMSS, José Antonio González, visitó en Jalisco a los médicos y conoció a detalle el caso el pasado 20 de junio, les reiteró el “apoyo incondicional”, informó el instituto en un comunicado este domingo.
El IMSS señaló que “es el primer interesado en la pronta resolución de este caso a fin de no afectar la trayectoria, el profesionalismo y la capacidad de su personal médico”.
Este domingo, miles de médicos en todo el país salieron a las calles para apoyar a sus compañeros de Jalisco, con mensajes como «no somos dioses, no somos criminales, somos médicos».
PUBLICACIÓN ORIGINAL: http://www.excelsior.com.mx/nacional/2014/06/23/966856
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