En una humilde casa de techo de palma, ubicada en un potrero de la comunidad indígena de Santa Catarina, Tuxtepec, vive Anahí, una pequeña de origen mazateco que desde los nueve años se convirtió en una guerrera, pues desde entonces lucha cada día por conservar la vida y ganarle la batalla a la leucemia.
Y es que desde hace tres años iniciaron la preocupaciones en su familia, “de pronto empezó a tener calenturas todas las noches, vino mi mamá le dio tecitos, pero se le quitaba un día y regresaba, no sabíamos que hacer hasta que la llevamos al centro de salud de San Pedro Ixcatlán”, porque somos de allá, relata doña Lorenza madre de la infante.
“Nos mandaron al Hospital de Tuxtepec, lloré mucho cuando me dijeron que lo que tenía era un cáncer, no sabíamos que hacer nos mandaron a la capital del estado, dijeron que el seguro popular pagaría todo, me fui con ella, iba sin dinero, pero mi esposo Demetrio trabajó y fue a alcanzarnos para poder estar esos días del tratamiento y que nosotros pudiéramos comer”.
Doña Lorenza cuenta las dificultades que pasaron para acudir a cada cita que les otorgó el Centro de Oncología y Radioterapia de Oaxaca (CORO) durante tres años, hasta que la mejora en Anahí fue visible, “unas veces nos apoyaban otras personas para el pasaje, otras mi marido juntaba de lo que le salía: reparaba cercas, chapeaba terrenos, ayudaba a picar hule, lo que fuera saliendo”.
A medida que el tratamiento avanzaba, el cabello de Anahí se iba cayendo hasta que lo perdió casi en su totalidad, de igual modo la niña lucía cansada, su crecimiento se detuvo, perdía peso, pero la familia siguió adelante a pesar de las dificultades económicas, pues don Demetrio se dedica al campo y su esposa es ama de casa.
“El seguro popular lo pagó todo, nosotros solo conseguíamos para los pasajes y en el hospital de Tuxtepec la recibían cuando le tenían que poner un medicamento, ahora mi hija ya tiene 11 años, ya se ve más grande, antes no iba a la escuela ahora ya quiere entrar porque ya puede ir, ya sanó y yo estoy bien porque sé que ella está bien”, dice la madre emocionada.
Anahí padeció leucemia, uno de los dos tipos de cáncer infantil, aseguró la jefa de la Jurisdicción Sanitaria número “Tres” de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), María Paolina López Juan, quien externó que la detección oportuna es fundamental en el tratamiento y recuperación del menor, por lo que los médicos de la dependencia están capacitados para referir de manera inmediata a los pequeños pacientes.
Asimismo indicó que algunas de las señales de alarma más frecuentes en niños y adolescentes son: sudoración abundante por las noches, fiebre sin causa aparente, sangrado en nariz, secreción en oído de forma persistente, dolor de huesos y articulaciones, pérdida de peso, moretones frecuentes en la piel, tropezones y caídas constantes, palidez, fatiga, dolor de cabeza, vómito, entre otros.
Por lo que es importante que los padres de familia estén informados y al pendiente de sus hijos, para que ante cualquier señal de alarma acudan al médico de inmediato pues Anahí es la mejor muestra de que la detección oportuna salva vidas.
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