*Este domingo oficiará una misa en Ayotzinapa al cumplirse un mes de la desaparición de los 43 jóvenes normalistas
Hiram MORENO
“La violencia ya nos alcanzó a todos, este gobierno perdió el control nacional, sobre todo, de los grupos criminales porque ahora tenemos caballos de troya en todas las instituciones del estado mexicano”, expresa seguro el religioso Alejandro Solalinde en entrevista telefónica con este reportero al tocar el tema de los 43 jóvenes desaparecidos de la normal rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero.
El religioso asegura que el estado mexicano esta infiltrado por el crimen organizado, desde sus estructuras y por eso perdió el control y no pudo anticiparse a lo que ha pasado en Guerrero, donde este domingo se cumple el mes de la agresión armada que dejo un saldo de seis muertos y la desaparición de los 43 normalistas, a quienes sus compañeros y familiares siguen buscando y exigen, dijo, que aparezcan vivos.
Este domingo adelantó, oficiará una misa en Ayotzinapa a invitaron de los jóvenes normalistas y familiares de los desaparecidos con quienes dijo se reunió después de la marcha del pasado miércoles 22 de este mes, en un dialogo que se prolongó hasta la madrugada.
La misa tendrá lugar a la una de la tarde y para ello, dijo estar ya en comunicación con los obispos Carlos Garfias Merlos y Alejo Zavala Castro, responsables de las arquidiócesis de Acapulco y Chilpancingo, en el estado de Guerrero, “porque soy un sacerdote y tengo que pedir permiso”.
El sacerdote Solalinde Guerra, dice que aceptó con gusto y además, porque quiere conocer dónde y cómo viven los jóvenes normalistas, la escuela rural “Raúl Isidro Burgos”, y porque los jóvenes tienen razón, “ya basta de masacres, basta de impunidad, por eso están en la lucha y estarán así, firmes hasta que los 43 jóvenes aparezcan con vida, quieren darle un escarmiento al gobierno para que paren las masacres”.
Después, recordando cuando el 20 de mayo del 2011 visitó el albergue hermanos en el camino de ciudad Ixtepec, Oaxaca, el entonces secretario de gobernación Francisco Blake Mora, el religioso confiesa que al igual que en esa ocasión cuando denunció que “existen fosas desconocidas, cementerios ocultos, muertos olvidados y enterrados por la indiferencia de las autoridades, la corrupción de las instituciones y sus escandalosos vínculos con el crimen organizado que han mantenido a la justicia, por muchos años, en un profundo calabozo”, puede asegurar hoy que a lo largo y ancho del territorio nacional, es una tumba clandestina, pero ya no solo de migrantes, también de connacionales, porque la violencia ya nos alcanzó a todos, lamentó.
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