Persiste el tráfico de huevos de tortuga

 

* Juchitán es el paraíso del mercado negro donde el comercio del quelonio se practica con toda impunidad
Gonzalo DOMÍNGUEZHuevos de Tortuga

 

 

A pesar de los operativos de la Secretaría de Marina, Policía Federal y personal de la PROFEPA sobre la carretera federal costera, el tráfico de huevos de tortuga es imposible de frenar.

 

 

Los huevos de tortuga, principalmente de la especie golfina y que está considerado por las autoridades en peligro de extinción, no deja de ser calificado como un producto afrodisiaco, que científicamente no está comprobado.

 

 

En bolsas de plástico, costales o cubetas, los huevos de tortuga llegan al mercado negro de Juchitán como por “arte de magia”.

 

 

Los traficantes, o bien tienen compradas a las autoridades o simplemente conocen las rutas para transportar su carga ilegal.

 

 

“Todo está arreglado. Hay policías que nos escoltan o nos trasladan el producto por unos cuantos pesos, pero siempre hay contrabando”, dijo un traficantes de huevos de tortuga de la zona chontal que pidió el anonimato.

 

 

Al menos en Río Seco, Santa María Huamelula, Tapanalá, en Astata, en Coyul y en Zacchila sabemos quiénes son los traficantes y quiénes son los que juntan los huevos, porque aquí todos nos conocemos, afirmó la fuente.

 

 

Por cada ciento de huevos, los traficantes pagan entre 20 y 100 pesos, de acuerdo a la temporada de arribazón, y su reventa es al doble.

 

 

“Cuando hay mucho huevo, el producto pierde su valor y llega a costar hasta 20 pesos el ciento, pero cuando no hay, el ciento de huevos cuesta cien pesos o más”, indicó.

 

 

A caballo, a pié o en carretilla, los depredadores operan principalmente en las noches en la zona costera de las playas de Río Seco, Morro Ayuta hasta Zachilla, que es la principal zona de arribazón.

 

 

“Los marinos sólo llegan por temporadas y se dedican a cuidar una parte de la playa, ahí es cuando nosotros aprovechamos”.

 

 

Luego de la depredación, los huevos son almacenados en los pueblos costeros para su embarque rumbo a Juchitán, “cada quien sabe cómo transportarlos. No nos podemos quemar porque para nosotros es un oficio que nos deja un sustento familiar”.

 

 

De aspecto costeño, rudamente quemado por el sol, parco por momentos pero a veces se suelta para hablar, nuestro informante asegura que hay corporaciones que pasan a cobrar su renta para dejarles el camino libre y poder trabajar.

 

 

“La verdad jefe, la corrupción nunca se va acabar. Si no hay corrupción, no puede haber tráfico de huevos de tortuga”, suelta el entrevistado.
Aunque muestra su temor por lo que está contando, el joven traficante indicó que la temporada fuerte de arribazón ya terminó en este año, “nuestro oficio es por temporada, y afortunadamente no nos detuvieron este año. El próximo año no sé cómo nos va a ir”, expuso y se alejó a otra comunidad.

 

 

Mientras tanto, en el mercado de Juchitán, la venta de huevos de tortuga se practica todo el año. De acuerdo con una comerciante zapoteca  que accedió a hablar, indicó que los huevos de quelonios arriban procedentes de la zona huave o la zona chontal.

 

 

“Hay huevos de tortuga. A 50 pesos la docena, cuantos vas a llevar”, es el grito de la comerciante quien anima a comprar el producto.
Algunos hervidos, en bolsas separados por docenas, y otros más crudos impregnados de arena listos para ser preparados, los huevos se comercializan sin mayor temor.

 

 

“No me tomes foto porque te agarramos”, advirtió la juchiteca.

 

 

Son aproximadamente 10 comerciantes instalados en un pasillo en el interior del mercado 5 de Septiembre de Juchitán.

 

 

En los pueblos del Istmo, principalmente en Juchitán y Tehuantepec, los huevos de tortuga representa la más exquisita botana en las mayordomías de los diferentes barrios.

 

 

Con salsa picante y limón, hervidos al gusto, los huevos de quelonio se reparten en platos desechables entre los invitados.

 

 

CAMPO TURGARIO DE MARINA REPRODUJO 25 MIL CRÍAS DE GOLFINA

 

 

Del año 2007 a 2013, la Secretaría de Marina a través de un campo tortugario artificial instalado en la Estación de Investigación Oceanográfica, logró la reproducción de aproximadamente 25 mil crías de tortuga Golfina, sin embargo hoy el proyecto de reproducción fue cancelado por las nuevas reglas de la SEMARNAT.

 

 

El 26 de septiembre del 2013, la dependencia hizo la última liberación de mil 800 quelonios de la especie golfina.

 

 

En esa liberación en la zona de Playa Abierta, participaron escuelas particulares de nivel primaria.

 

 

Ahí, el personal de la Secretaría de Marina-Armada de México, informó que por decreto presidencial a través de la Estación de Investigación Oceanográfica, se fomentó el cuidado de esta especie en peligro de extinción.

 

 

Y es que, La Armada de México tiene la misión de inculcar la cultura a los niños y niñas para que cuiden y amen a esta especie que de no cuidarse en los próximos años, solamente la estaremos viendo en fotografías.

 

 

La especie golfina es la más importante de la región, pero lamentablemente es la más explotada por el ser humano para su alimento y comercialización.

 

 

Para conservar esta especie, la Secretaría de Marina, mediante el programa de protección a tortugas marinas, supervisa y vigila los lugares de anidación y reproducción del animal para evitar el saqueo.

 

 

La SEMAR contribuyó al cumplimiento a la Norma Oficial Mexicana (NOM-059-ECOL-2001), en la protección y conservación de la especie en peligro de extinción, así como los compromisos internacionales derivados del Convenio Internacional para la Protección de la Tortuga Marina firmado por México.

 

 

En ese 2013 se cumplieron seis años interrumpidos que la Secretaría de Marina-Armada de México, por órdenes de los altos mandos navales, liberaron las crías de las tortugas golfinas que están en peligro de extinción y que se cultivaron en un campo artificial.

 

 

Lamentablemente, este proyecto de conservación se canceló y centro de anidación está en el abandono.

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