En Loma del Ocotón, todavía huele a gasolina… hasta la boca sabe a gasolina.

OCTAVIO VÉLEZ ASCENCIO
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RINCÓN VIEJO, Santa María Petapa, Oax.- En Loma del Ocotón, todavía huele a gasolina, se respira gasolina. El olor se impregna en la ropa, hasta la boca sabe a gasolina.

En la tierra, en las piedras, en los matorrales y en el cauce del arroyo El Achiote por donde se derramó aguas abajo, hiede a gasolina, aún cuando la fuga en el poliducto Minatitlán-Salina Cruz fue controlada hace más de 15 días por Petróleos Mexicanos (Pemex).

De vez en cuando en estos días, el olor todavía llega a esta agencia municipal por las rachas de vientos de más de 100 kilómetros provocados por el constante Norte que se registra en esta época. Tan fuerte ha sido el viento que las empresas eólicas asentadas en La Ventosa, Juchitán, han detenido los aerogeneradores por absurdo que parezca, para evitar daños en sus motores.

Aunque la mayor afectación se registra en el Río Malatengo –uno de los afluentes del Río Coatzacoalcos, donde desemboca el arroyo El Achiote–   y en la laguna La Hondura del Lagarto.

Toda la vegetación de selva mediana en su alrededor, así como unas 250 hectáreas de potreros y cultivos, quedaron llenos e impregnados de gasolina. Como era de esperarse, la contaminación provocó una gran mortandad de peces, aves, reptiles, anfibios y mamíferos.

En los márgenes, aún se pueden encontrar los restos de tortugas lagarto y tres lomos, ambas en peligro de extinción, aunque otras tantas especies, fueron enterradas por personal contratado por Pemex para hacer la limpieza. Y así, el olor a gasolina se mezcla con el fétido olor a muerte, que atrae a una gran parvada de aves carroñeras.

“Es un verdadero desastre; es un ecocidio”, afirmó don Andrés Pérez Hernández, coordinador del Programa de Asistencia Legal de la Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo (Ucizoni).

El activista, originario de esta agencia municipal, afectado como casi todos los habitantes por la contaminación atmosférica generada por la fuga, aseguró que la fuga de gasolina –originada por una toma clandestina en el poliducto Minatitlán-Salina Cruz– provocó graves daños ambientales por la tardía atención de Pemex.

“La fuga y el derrame se dio el 31 de diciembre, pero fue sellada hasta el 3 de enero. Personal de Protección Civil alertó a tiempo sobre la gravedad de la situación, sin embargo Pemex actuó con lentitud”, asentó.

De esta manera, la gasolina afectó en demasía el arroyo El Achiote, el Río Malatengo y la laguna La Hondura del Lagarto, así como la vegetación y terrenos de cultivo inmediatos.

“Todo está contaminado; murieron muchos peces, anguilas, iguanas, tortugas, víboras, patos, garzas, armadillos y hasta zorrillos”, señaló.

La magnitud del desastre pudo conocerse durante un recorrido que hicieron días después, 14 campesinos afectados por la contaminación en un trayecto de aproximadamente ocho kilómetros sobre los márgenes de esos cuerpos de agua.

“Cuando íbamos caminando, encontramos que los trabajadores contratados por Pemex estaban recogiendo los peces y metiéndolos en cubetas para llevárselos en camionetas; otros los enterraban, junto con las tortugas, los patos y las garzas para que no se diera cuenta uno de lo que realmente pasó”, asentó.

Aunque la contaminación también alcanzó a cultivos de maíz y pasto mejorado para ganado, así como una gran superficie de árboles frutales.

“El maíz se sembró en noviembre y ya empezaba a jilotear; ahora se está poniendo amarillo. Sus hojas se mancharon por la gasolina. A la calabaza y el quelite, también les pasó lo mismo. Incluso los naranjos, también se están marchitando. Algunos campesinos han reportado que su ganado también empieza a ponerse mal por comer el pasto contaminado; ya los tuvieron que mover a otro lado porque si no se mueren”, apuntó.

Hasta ahora, la limpieza que realizan los trabajadores contratados por Pemex ha sido superficial porque solamente se ha retirado la vegetación alrededor del arroyo El Achiote y del Río Malatengo, así como de la laguna La Hondura del Lagarto.

“Están haciendo la limpieza, pero solamente están quitando la hierba contaminada; han recogido los animales muertos, eso nada más. Lo que falta es limpiar el arroyo, el río y la laguna, así como entrar a los terrenos de cultivo y de pastizales, donde está lo feo”, asentó.

RINCÓN VIEJO, Santa María Petapa, Oax.- Enfundados en un overol color naranja, como uniforme, alrededor de 180 pobladores –entre hombres y mujeres– de esta agencia municipal, contratados por la empresa Constin, S. A. de C. V., trabajan en el saneamiento del arroyo El Achiote y del Río Malatengo.

Aunque la compañía, con sede en Villahermosa, Tabasco, supuestamente vinculada con el ex subdirector de Pemex Exploración y Producción (PEP), José Refugio Serrano Lozano, ha provisto a solo unos cuantos del equipo necesario, entre cascos, guantes, mascarillas y botas de hule, para atender este tipo de contingencias.

“Estamos quitando la hierba y ‘destroncando’ lo que tiene gasolina; después metemos todo a unas bolsas. Es pesado trabajar en esto por el olor; ya uno huele a gasolina, come uno y todo huele a gasolina. Duele la cabeza, molesta la nariz, pero ni modos; aquí estamos por necesidad. A unos no nos dieron guantes, cascos, mascarillas y botas, a otros sí; yo tuve que traer el machete, las botas y el casco de mi casa. Nos pagan mil 500 pesos a la semana, no creo que valga la pena trabajar así, pero tenemos hambre; por eso estamos aquí. Una enfermera nos viene a ver seguido para checarnos la presión y por los mareos; a quienes se quejan de dolor, les dan Naproxen. Eso es lo que están dando”: Eleuterio Linares Ambrosio, trabajador.

RINCÓN VIEJO, Santa María Petapa, Oax.- “El derrame dañó muchísimo. La gasolina pasó por medio de un terreno de pastizales de nueve hectáreas que es de la familia; tuvimos que mover al ganado a otro lado. Las tomas de agua donde llegaban los animales huelen a gasolina; el olor es penetrante. También exterminó a la flora y la fauna; mató peces, patos, garzas, armadillos, tortugas, anguilas. En camionetas sacaron a unos animales y a otros los enterraron para borrar evidencias y decir ‘aquí no pasó nada’. Hasta ahora Pemex no se ha acercado a hablar con nosotros los afectados y ver la reparación de los daños porque la verdad todo quedó contaminado”: Abel Mendoza Ramos, campesino y conductor de la empresa ferrocarrilera estadunidense Kansas City Souhthern.

RINCÓN VIEJO, Santa María Petapa, Oax.- La fuga y derrame de gasolina, sucedida el 31 de enero del 2014, fue provocada por “guachicoleros” o traficantes de combustible en una toma clandestina en el poliducto Minatitlán-Salina Cruz, en inmediaciones de la Loma del Ocotón, a unos 500 metros de la Carretera Transístmica Acayucan-La Ventosa.

Ante el fuerte olor a gasolina, el Instituto Estatal de Protección Civil dispuso el traslado de unos 250 habitantes de esta agencia municipal a un albergue temporal instalado en el auditorio “Ernesto Guzmán Clark” de la vecina ciudad ferrocarrilera de Matías Romero, para salvaguardar su salud e integridad física.

Según un comunicado, personal de Pemex inició desde el día que se registró el derrame, las labores de contención y recuperación del producto, así como de limpieza, saneamiento del arroyo y áreas afectadas.

Mediante la colocación de 14 barreras contenedoras, 777 metros lineales de cordones oleofílicos, felpa y musgo absorbente, así como la utilización de equipos supersucker para la absorción de producto, se han recuperado 180 mil  litros de combustible emulsionado (80 por ciento gasolina y 20 por ciento agua).

Por otro lado, se realiza el levantamiento de maleza y basura impregnada en el cauce del arroyo para su confinamiento temporal en celdas y posterior incineración.

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