JOSÉ ANTONIO ESTEFAN GARFIAS EXPERIENCIA PARA LAS CAUSAS SOCIALES.

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José Antonio Estefan Garfias, o Pepe Toño como le conocen sus amigos, es un político tehuano con más de 40 años de trayectoria en el servicio público, ha transitado por responsabilidades de alto nivel en el gobierno federal, estatal y en el poder legislativo.

Su convicción ha sido la de ubicarse en donde sirva mejor a la gente, y en ese sentido, considera que es momento de ocupar un espacio donde continue ese esfuerzo, con mayor intensidad, logrando un impacto más profundo y donde pueda servirle mejor a Oaxaca.

Pepe Toño ha dedicado prácticamente toda su vida profesional al servicio público, y enfatiza que continuará haciéndolo en las responsabilidades que los oaxaqueños le encomienden, convencido de que el Estado no puede quedarse a la zaga del resto del país como ha ocurrido históricamente, y que es momento de mirar más allá de los límites de Oaxaca para ir a buscar los recursos, las oportunidades, y la relevancia que su tierra merece tener en el panorama nacional. Indica que es una responsabilidad usar la experiencia acumulada con los años de contacto directo con la gente, en el oficio político, para hacerle justicia a Oaxaca, y saldar ese adeudo añejo que el país y la clase política tiene con el estado.

Estefan hace un análisis de su tierra, Tehuantepec y manifiesta que el que quiera aprender a hacer política en este país debería darse una vuelta por el Istmo. La mezcla de cultura, de etnias, de actividades económicas, de idiosincrasias, de ideologías, obliga a cualquiera que pretenda involucrarse en política a aprender antes a unir opuestos, a mediar y conciliar, a convencer con hechos y no con discursos.

Recuerda como a causa de la migración y la estancia de ingleses, iraquies, sirios, libaneses, franceses y otros grupos que mezclados con la cultura zapoteca, la identidad ancestral, le hizo muy consciente del abanico de formas de ser, de maneras de ver la vida y el progreso, y al mismo tiempo coexistir.

Menciona que a los políticos formados en aquella época y supieron aprovechar ese contexto, el Istmo les dio las vivencias para enfrentar los retos con la mejor herramienta posible: la apertura a otras ideas.

José Antonio sigue creyendo en ello, esa diversidad distingue a los istmeños, y distingue a los verdaderos demócratas, a los buenos políticos, a los que saben escuchar, no sólo por tolerancia, sino porque la experiencia personal les ha enseñado que así se enriquece la conversación que da fruto a las grandes ideas.

Hoy hace falta gente con experiencia, una política que resane la relación entre gobierno y sociedad, eso le toca a todos los partidos y a todas las corrientes por la responsabilidad que tienen con la sociedad misma.

No es momento de confrontación sino de renovar el pacto social, de hacer política de contacto directo, de gastar más la suela de los zapatos que dinero en propaganda, de dejar las tribunasy recorrer las calles, y no sólo en las coyunturas, sino permanentemente.

Los ciudadanos tienen que recuperar la política, y la política tiene que recuperar la confianza de los ciudadanos, no hay otra manera de salir adelante como país, o se le devuelve la voz a la gente o caduca el sistema político.

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