Oscar Rodríguez
El arzobispo de la diócesis de Oaxaca, José Luis Chávez Botello ofreció una limpia a fondo en la iglesia de Oaxaca para desterrarla de malos hábitos, castigando a fondo los casos donde hay denuncias por excesos cometidos por sacerdotes.
El representante clerical dijo que no protege, ni encubre a nadie luego de los señalamientos que emitieron un grupo de sacerdotes que los señalaron de cómplice del ex párroco Gerardo Silvestre Hernández; quien se encuentra bajo proceso penal luego de abusar sexualmente de 45 niños indígenas.
Chávez, dejó claro que con las acciones que emprenderá “cambiará el rostro” de la Iglesia.
“Los invito a que vayamos adelante, van a observar señales de cómo se irá cambiando el rostro de la Iglesia en Oaxaca”.
Dejó claro que los cambios serán de manera gradual, no de repente” y anunció que unas de los primeras acciones será el nunca sancionar a los sacerdotes que niegan el bautismo a los bebés.
“El párroco va a tener otra actitud, pues tenemos que volver a recorrer el camino de la fe, recorrer nuestro compromiso sacerdotal y asumirlo. Pues si bien muchos padres no se preparan para el bautismo, ahora tendrán que firmar un compromiso con el sacerdote”.
Chávez recordó que los desafíos, problemas y “hasta ataques del mal”, no los distraerá ni le quitará la paz interior.
Adelantó que la etapa de depuración se impulsará desde las 600 parroquias diseminadas en las comunidades.
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