- A pesar de su corta edad, su inocencia y su ceguera de nacimiento, Alan Francisco Castro desea superar su único obstáculo, pero no limitante, que es no poder ver y llegar a ser un marino para defender a México.
- Rodeado de sus amigas y amigos de la escuela, de sus maestras, Francisco día con día aprende a leer, escribir y comprender el mundo que lo rodea en braille.
Oaxaca de Juárez.- Su vida transcurre común, como cualquier niño o niña de Oaxaca, con sueños y anhelos, con responsabilidad en la escuela y con momentos para reír, sin embargo él no es como todos, es un luchador, en su corta edad de apenas 8 años de vida, nunca ha podido ver el rostro de su mejor amigo, de su papá o de su tía, nunca ha visto su misma cara, ya que desde que nació la ceguera le robó la luz de sus ojos, su nombre es Alan Francisco y su sueño es ser marino.
La ceguera de Francisco no es obstáculo para no soñar, y llenar de colores e imaginación su mente, para crear un mundo no muy alejado de la realidad, lleno de gente, automóviles, una ciudad grande llena de casas y edificios, perros en las calles y árboles, así describe su entorno este niño, así capta el mundo que no puede observar por sí mismo.
Alan Francisco aseguró que no poder ver con sus ojos, no influye en nada en su vida, porque ve con su imaginación lo que otros no pueden ver, como la sensibilidad de las personas, la amistad sincera y el amor de su padre Antonio Francisco, que se ha dedicado a llevar a su familia a delante, en un mototaxi donde todas las tardes pasea a Alan para que conozca su entorno describiéndoselo.
Hasta ahora Alan sólo había escuchado de las computadoras por sus amigos y familiares, sin embargo “Una Mano Amiga” realizó su sueño para poder tener una propia, y desarrollar al cien por ciento sus capacidades motrices que como dijo su maestra Sonia Paula Vásquez, “Francisco es un niño muy inteligente, un poco más que sus compañeritos y no es justo que no pueda ver pero eso no es barrera él avanzará con esta computadora”.
Alan Francisco agradeció ampliamente al gestor social, Samuel Gurrión Matías, quien gestionó la computadora que ahora usa para aprender más sobre el mundo en el que vive, con un sistema especial llamado “Job Access With Speech (JAWS)” que ayudará a pronunciar y describir las acciones realizadas en la computadora.
Este pequeño niño se levanta todos los días a las 6 de la mañana para arreglarse e irse a su escuela, sale de su casa en la Agencia Candiani acompañado de su tía Maricela Bertha,, para llegar puntual antes de las 8 de la mañana a su escuela Hermanos Flores Magón ubicada en conocido Parque del Amor.
Al llegar sus amigos lo saludan y el día continúa, entra a su salón y todos abren sus libros, él a la par toma clases para aprender a escribir y leer en braille, lo que le ha enseñado una perspectiva alterna, donde puntos y líneas le dan lectura de las palabras que desde ahora descifrará, sus dedos se han vuelto sus ojos.
De tamaño mediano como cualquier niño o niña de 8 años de edad, ríe, juega, se abre camino ante la gente con su bastón que por la costumbre sabe manejar muy bien, sonríe dejando a relucir la falta de sus dientes frontales que poco a poco le crecen, así como él día con día aprende algo nuevo a pesar de no poder ver con sus ojos.
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