Las leyes son para respetarse y cumplirse, la Fiscalía General no legisla, solo cumple la ley establecida, explicó el Director de Averiguaciones Previas de la Fiscalía General, Ivan Hernández, respecto a la liberación de un individuo detenido en flagrancia en Oaxaca de Juárez, por el delito de maltrato animal.
El señalado fue detenido el pasado 12 del actual, cuando en una colonia de esta ciudad, arrastraba con su vehículo a un perro ya lesionado recordó.; “dentro del término constitucional y asesorado por la defensa, ante el Ministerio Público compareció OLIVER MARTELL JIMÉNEZ, quien presentó documentos que lo avalan como propietario del can y por tanto en posibilidad de otorgar el perdón a quien infringió daño a la víctima.
El señalado manifestó que no era su deseo formular denuncia o querella ni mucho menos reparación del daño por parte del agresor.
En tales condiciones y toda vez que el artículo 417 del Código Penal vigente señala que “Los delitos previstos por éste título se perseguirán por querella, salvo que se cometan por el propietario, custodio o poseedor del animal, o que el animal carezca de propietario, en esos casos el delito se perseguirá de oficio”.
De acuerdo a la ley referida, al haberse acreditado que el activo no era el propietario del can y que el dueño no presentó querella, se declaró extinguida la acción penal contra el detenido y se libró de acuerdo a la ley, la boleta de libertad correspondiente.
Cabe citar que el señalado exhibió un carnet del canino que responde a nombre de “Bengy”, expedido por la Veterinaria y Agrícola Doctor “Carlos Innes”, así como un segundo carnet expedido por el Veterinario Gaspar Ochoa Lara, de la Clínica “Monte Albán”, y una constancia de fecha 12 de febrero de 2016, con la cual acredita la propiedad del canino (debidamente ratificadas ante el Ministerio Público).
Con relación al perro, se precisa que hasta el momento se encuentra bajo los cuidados de la Escuela de Medicina Veterinaria y Zootecnista de la UABJO, mientras que el propietario del canino, mediante escrito dio su consentimiento a fin de que la victima sea entregada a una Sociedad protectora de Animales, pensando que es lo que más favorece al citado canino.
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