Entre acusaciones de traidores, se suspende Sesión Extraordinaria de LXIV Legislatura

Juan Carlos MEDRANO / Imagen: Diego Díaz

La LXIV Legislatura local cerró este miércoles de manera definitiva sus actividades en medio de la polémica entre diputados de la fracción parlamentaria de Morena, al salir a relucir acusaciones de traición entre los 26 representantes populares.

Lo que sería una última sesión bajo la figura de sesión extraordinaria, terminó por venirse abajo al no reunir el quórum legal que era de 22 diputados, pues apenas si llegaron al salón de plenos solo 18, todos de Morena.

El objetivo de la plenaria extraordinaria era echar abajo las Cuentas Públicas 2018 y 2019 del gobernador Alejandro Murat.

Algunas y algunos legisladores no ocultaron que el no aprobar las cuentas públicas era un acto de revancha contra el Poder Ejecutivo debido a que la Secretaría de Finanzas (Sefin) se negó a pagarles las tres quincenas que les adeudaba (las dos octubre y la primera de noviembre)

Otras y otros más confiaron que sus compañeros “traidores” no llegaron a la sesión porque durante la mañana de este miércoles, el coordinador de la fracción parlamentaria del PRI, diputado Alejandro Avilés se dio a la tarea de cabildear y ofrecer el pago de las tres quincenas a ciertos legisladores.

Entre los acusados de traidores se encuentran, por Morena: Pavel Meléndez, Luis Alfonso Silva Romo, Ericel Gómez Nucamendi, Delfina Guzmán, Emilio Joaquín García Aguilar, Alejandro López Bravo, por el Partido del Trabajo de plano no llegaron Saúl Cruz Jiménez y Noé Doroteo Castillejos.

Después de caso 90 minutos de espera para lograr reunir el quórum necesario, los 18 legisladores se retiraron sin ocultar su molestia por la traición de sus correligionarios y aliados.

Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), el presupuesto de la LXIV Legislatura del Congreso de Oaxaca fue el más caro e improdutivo del país, pues gastó mil 930 millones 474 mil 85 pesos en sus tres años.

Dividido entre 4 millones 132 mil oaxaqueños, cada diputado costó en tres años más de 45 millones de pesos.

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