La Columna / Hiram MORENO
Por meses, muchos meses, las obras del puerto, las más importantes, la construcción de la escollera que es parte del CIIT y la construcción de la planta coquisadora en refinería se desarrollan en una relativa calma, con orden y en paz, hasta que Marcos Sánchez y su gente, principalmente de las Salinas del Marqués y el transportista consentido del gobierno municipal, Felíx García, decidieron volverse generadores de violencia en el puerto, cómo lo hacían antes desde lo que fue la violenta CTM de Marcos Sánchez e Hipólito Rojas, que han expresado su interés de tomar todas las obras del puerto, pues para ello, han asegurado, cuentan con el apoyo del gobierno del estado y del gobierno municipal.
Si se rompe esa tranquilidad y la armonía en las obras del puerto, que son las obras del gobierno federal y por ende, del presidente Andrés Manuel López Obrador, será porque así lo permitirían los gobiernos de Salomón Jara Cruz y de Daniel Mendez Sosa.
De otra forma no se entiende como es que tienen la libertad de insultar y amenazar en una mesa de diálogo en la sala de juntas de la Administración del Sistema Portuario Nacional (ASIPONA), ante la presencia del delegado de atención regional de la SEGEGO y del propio presidente municipal.
Los que lo vieron dicen que en la Mesa, Félix delante de los funcionarios amenazó a Remigio con partirle la madre y este le dijo una grosería mayor.
Con toda la libertad que da el apoyo de la primera autoridad amenazó con quedarse con las obras de CTM y CATEM y en respuesta le dijeron que nadie le quitaba a él las obras que le da el gobierno municipal.
Al no haber medidas de contención Remigio y su gente, sus aliados se levantaron de la mesa y saliendo fue agredido por Félix que le dió una patada.
La respuesta dicen que también fue puntual y derivado de esto, la gente de Félix, incluso querían agredir al dirigente de CATEM, quien salió ileso y se retiró del lugar.
Lo rescatable de la reunión fue el posicionamiento del presidente municipal Daniel Mendez Sosa quien dijo que se deben respetar los acuerdos y a quienes tengan los contratos de trabajo en cada obra, que en el caso de ICA refinería es CTM y en la escollera es CATEM.
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