La infección por “Zika” es una enfermedad causada por un arbovirus del género flavivirus (familia Flaviviridae), muy cercano filogenéticamente al virus del dengue, fiebre amarilla, la encefalitis japonesa, o el virus del Nilo Occidental.
Lo informó así el jefe de la Jurisdicción Sanitaria número dos de la región del Istmo, Daniel López Regalado, en base al boletín epidemiológico emitido por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) / Organización Mundial de la Salud (OMS) en el mes de mayo de 2015.
Señaló que este padecimiento se transmite por la picadura de mosquitos del género Aedes, tanto en un ámbito urbano (Aedes aegypti), como selvático.
Informó que hasta el momento, no se ha presentado ningún registro de la enfermedad en el país, ni en el Estado de Oaxaca, sin embargo, los SSO mantienen la capacidad para detectar, confirmar y atender casos de infección por virus Zika.
El virus se aisló por primera vez en 1947 en los bosques de Zika (Uganda), en un mono Rhesus durante un estudio sobre la transmisión de la fiebre amarilla selvática, aunque la infección en seres humanos se demostró por estudios serológicos en 1952 (Uganda y Tanzania), y sólo hasta 1968 se logró aislarlo a partir de muestras humanas en Nigeria.
Explicó que los síntomas de la enfermedad, generalmente, aparecen después de un periodo de incubación de tres a doce días, la infección puede cursar de forma asintomática.
En los casos moderados los síntomas se establecen de forma aguda e incluyen: fiebre, conjuntivitis no purulenta, cefalea, mialgia y artralgia, fatiga, erupción cutánea, edema en miembros inferiores, y, menos frecuentemente, dolor retro-orbitario, falta de apetito, vómito, diarrea, o dolor abdominal.
El proceso sintomatológico dura de cuatro a siete días, y las complicaciones (neurológicas, autoinmunes) son poco frecuentes.
López Regalado destacó que las recomendaciones más importantes están relacionadas con la vigilancia, el manejo clínico y las medidas de prevención y control: La vigilancia de fiebre por virus Zika debe desarrollarse a partir de la vigilancia existente para el dengue y chikungunya.
Ante ello, el gobierno del Estado que encabeza Gabino Cué Monteagudo y el encargado del despacho de los SSO, Héctor González Hernández coadyuvan y no escatiman esfuerzos para la lucha frontal contra el vector en beneficio de la población istmeña.
El jefe del sector en la zona, resaltó que para asegurar el éxito en la prevención de la enfermedad, es importante contar con la participación y colaboración intersectorial, en todos los niveles del gobierno, educación, medio ambiente, desarrollo social y turismo, entre otros.
Detalló que el manejo integrado de vectores también se apoya en la participación de Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y organizaciones privadas; y sobre todo la participación de toda la comunidad.
El funcionario recordó a la población que los mosquitos se reproducen donde hay depósitos de agua, por lo que se deben mantener limpias y tapadas las piletas o estanques, y evitar que en temporada de lluvia se formen charcos.
“La fumigación es una medida favorable en sitios donde hay alta incidencia; se puede cortar la transmisión por dos o tres días, pero es probable que se vuelva a provocar un brote, por lo que es fundamental eliminar todos los criaderos potenciales en cada uno de los hogares, ya que fumigar es el último recurso para combatir el vector”, agregó el funcionario.
Finalmente, afirmó que con las mismas acciones con que se combate el dengue, se podrá combatir el virus del chikungunya y Zika, y evitar así complicaciones en la salud de los istmeños.
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