*Aseguran que lanza hasta 2 mil 500 voltios y es utilizado por los agentes de Migración para inmovilizar y someter a los migrantes
Rusvel RASGADO
CIUDAD IXTEPEC, OAX.- Migrantes centroamericanos que utilizan la ruta del Istmo de Tehuantepec con destino al norte de México, denunciaron abusos por parte de agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) por la utilización de una “pistola eléctrica“ para inmovilizarlos y someterlos.
En Ciudad Ixtepec, todos los días llegan decenas de migrantes indocumentados, la mayoría caminando, ya sea por las vías del tren, por los montes del Istmo o bien de pueblo en pueblo pidiendo orientación y apoyo de los ciudadanos, luego que desde hace un año a través del Operativo Frontera Sur no se les permite utilizar el tren “La Bestia“ como su medio de transporte con destino que los acerque a la frontera de México con Estados Unidos.
Ahora, la preocupación de los migrantes y activistas defensores de los derechos humanos, no solo son los asaltos, las extorsiones, los accidentes y los secuestros, sino a una nueva modalidad para someter a los centroamericanos por parte de los agentes de migración: la pistola eléctrica.
Algunos centroamericanos que van en busca del llamado “sueño americano” aseguraron haber sido víctimas de descargas eléctricas por parte de agentes de migración, principalmente en los límites de Oaxaca y Chiapas, concretamente por los municipios de Chahuites, Zanatepec, San Pedro Tapanatepec y localidades de San Francisco Ixhuatán.
Bryan es un migrante nicaragüense que llegó al albergue de migrantes “Hermanos en el Camino“ de Ixtepec fundado en el 2007 por el sacerdote Alejandro Solalinde para brindar refugio y alimento a los centroamericanos en tránsito hacia Estados Unidos. Él, como todos, su mayor temor en la actualidad es ser sometido por la “pistola eléctrica“.
“Tengo mucho temor, voy a esperar unos días en el albergue y pensar cómo le voy a hacer, porque no quisiera ser electrocutado para ser sometido. ¡Todos aquí tenemos ese temor!. Dicen que es una pistola como de juguete pero no es de juguete, tira chispas algo así, y le han dado en la espalda (a los migrantes) y que les tiran hasta 2 mil 500 voltios algo así y que los golpean muy fuerte“, expresó el nicaragüense.
Valmore Fuentes, un migrante salvadoreño dijo que muchos de sus compañeros mantienen la preocupación por la nueva modalidad de los agentes de migración para someterlos y aseguró que en su paso por Chahuites, algunos de sus compatriotas fueron víctimas de las descargas eléctricas.
“Sí están utilizando (los agentes de migración) la pistola eléctrica, en Chahuites aquí ya para llegar a Ixtepec, lo lamentable es que ellos a uno con esa pistola nos pueden matar, alguien que padezca del corazón puede fallecer. ¡Por Dios, somos humanos! y hay quien no pueden aguantar tanto, las víctimas se corren es cierto, pero con la pistola eléctrica ahí sí pueden matar a un compañero“, indicó.
Las quejas de los migrantes llegan hasta los oídos de los activistas defensores de los derechos humanos, quienes documentan varios casos de la utilización de estas pistolas eléctricas.
“Sí hemos tenido algunos testimonios tanto aquí en Ixtepec como en Chahuites de que sí ha sucedido, de que sí los han visto, algunos los han dado toques. Es una pistola normal, eso fue lo que nos dijeron que pareciera un arma normal, como al final de cuentas sabemos que el Instituto Nacional de Migración tiene prohibido utilizar armas de fuego, lo que utilizan es disparar descargas eléctricas”, dijo Armando Mejía, voluntario del albergue de migrantes de Chahuites, al oriente del Istmo de Tehuantepec.
Los activistas consideran este método como abuso policiaco y exigen al gobierno de México cambiar las tácticas para asegurar a los migrantes.
“La forma como cazan a los migrantes y los métodos que utilizan no es la correcta, se deben buscar cambios, sentarse con organizaciones con albergues, con defensores de los derechos de los migrantes para ver qué acuerdo pueden llegar”, expuso Armando Mejía.
Tanto a migrantes como a activistas, les preocupa la utilización de este método, que viola los derechos humanos de los centroamericanos.
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