OAXACA DE JUÁREZ.- La representación política de las mujeres en Oaxaca, es apenas “un botón de muestra” que indica que aún será larga la lucha por los derechos de las mujeres en el estado, advirtió ayer el Senador de la República, Eviel Pérez Magaña.
Al referirse al 62 Aniversario del Voto de las Mujeres en México que se celebra este 17 de octubre, el Senador emanado del Partido Revolucionario Institucional (PRI), destacó: “el voto femenino es uno de los logros más significativos de los gobiernos revolucionarios, aunque, nos hemos quedado muy cortos, porque el voto no sólo debe ser pasivo sino activo. Necesitamos tener un voto activo de la mujer”.
Al reunirse con más de dos mil mujeres oaxaqueñas, Pérez Magaña señaló que la plena inclusión de las mujeres en el escenario público no se colma con el mero reconocimiento de su derecho a votar, pues su presencia en la vida política sigue lejos de gozar igualdad sustantiva y efectiva, queda sujeta a múltiples obstáculos en las estructuras estatales y muchos en las configuraciones culturales. Afirmó “Llegó la hora del empoderamiento de la mujer, de las profesionistas, madres solteras, jefas de de familia, abuelitas, todas ellas, muestra de fuerza y amor por nuestro estado”.
Afirmó que él desde el Senado de la República, está comprometido con la defensa de los derechos humanos y con impulsar una justicia con enfoque de género, para fortalecer el camino hacia una democracia igualitaria.
Señaló que ningún obstáculo podrá detener hoy en día el movimiento victorioso de las mujeres en su camino hacia la igualdad.
Consideró que a pesar de las reformas constitucionales en favor de las mujeres, aún no es satisfactoria su situación, aunque es una realidad su crecimiento en todos los ámbitos, el político, sindical y empresarial, etc.
Reconoció que la incorporación de la mujer en la vida política y social del estado de Oaxaca constituye un “acto noble y desinteresado”, porque con ello, se beneficia la sociedad entera.
La igualdad de los derechos de la mujer, apuntó, es menester del desarrollo, pero también es una empresa civilizatoria y un paso más hacia la democracia. “El reconocimiento de los derechos de las mujeres no son una dádiva, sino una conquista”, añadió.
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