El circo del corrupto
Es responsabilidad de los funcionarios públicos funcionar, servir. Todo lo que hagan con nuestro dinero… repito: con NUESTRO DINERO, debería ser visto como algo normal, como algo cotidiano; pero les aplaudimos como si nos estuvieran salvando la vida, como si nos estuvieran regalando algo, como si nos estuvieran donando millones de su dinero en obras públicas. Y eso es realmente decepcionante de la propia sociedad mexicana, pues el funcionario público abusivo, prepotente, mañoso, corrupto y ladrón está ahí en el poder justamente, primero, porque nosotros mismos lo engendramos dentro de nuestro propio seno social, y después porque nosotros lo permitimos, como cuando dejamos entrar a la casa al ladrón y le dejamos dormir en la recámara principal… Es decir, que el corrupto ladrón siempre ha sido y será igual, nunca cambiará porque la mayoría del Pueblo sigue igual: adorador de papas, aplaudiendo y besando la mano a ladrones y asesinos, literalmente apendejado por deidades fantásticas de las finas corbatas, las R-15 y el balompié.
Volován Rato, alcalde de Tehua York, pidió licencia por algunas semanas “para buscar” la diputación local. Y eso no nos espanta; es más: ya parece que ni molesta siquiera. Ya estamos los ciudadanos muy acostumbrados a todos esos protocolos de ambición de intentar permanecer el mayor tiempo posible como mantenidos infructuosos del Pueblo, porque la mayoría no vale ni un peso de los cientos de miles que les pagamos y de los millones que nos roban. Son ineptos a morir.
Lo que encabrona es el aire de grandeza con que se conducen estos seres comunes y corrientes, pero sobre todo muy corrientes, cuando no son más que ratas lampiñas con zapatos muy bien boleados. En la mayoría de los casos son vividores, ladrones. Viven de nuestra sangre, de nuestro sufrimiento, de nuestra muerte. Son viles ladrones bien vestidos solamente. Pero se sienten dioses, y tienen razón para sentirse superiores: una multitud de deslumbrados los creemos dioses, los creemos superiores.
Los políticos y funcionarios corruptos no vienen de otra galaxia. Nosotros como sociedad los engendramos entre nuestra propia inmundicia, entre nuestra propia corrupción. Son monstruos que nosotros mismos creamos cada vez que te metiste en la fila, cada vez que te pasaste un alto, cada vez llevaste a tu perro a cagarse al jardín del vecino y no limpiaste su caca. Nosotros mismos engendramos a los corruptos cada vez que te robaste unas Sabritas de la tienda de la esquina; cada vez que vendiste algo a un precio injusto o, peor, lo robaste y lo vendiste muy barato; cada vez que te robaste la obra o la idea de otro y la mostraste como tuya; cada vez no entregaste en casa el dinero de la quincena, cada vez que fuiste irresponsable con tus hijos, cada vez que golpeaste a tu mujer y enseñaste al vástago varón a discriminar y a las hijas a agachar la cabeza; cada vez que le regalaste una mugrosa pero carísima camiseta del América a tu hijo en lugar de un libro; cada vez que hiciste algo y echaste la culpa a ot
Ese aire de grandeza con que se conduce Volován Rata, autocomplaciente, masturbándose, autoerotizándose ese ego enano para hacerlo crecer como un gigante, es producto de ese nefasto cabildo que le aplaude y ese Pueblo de mente muy pobre que le aclama.
Dejemos de ver a los funcionarios públicos como dioses, como seres inalcanzables. Ellos SON NUESTROS EMPLEADOS. Ser funcionario público debería ser como cualquier trabajo, no un privilegio para unos cuantos ambiciosos solamente. Pero, sobre todo, tú que también eres un ciudadano común y corriente pero “privilegiado” del círculo de “poderosos” (Né, si debajo de la camisa son nadie), no seas cómplice de la adoración de estos ídolos falsos. Tú que, se supone, eras un miembro de la sociedad que buscaba el bien común y ahora te entregas totalmente al oscuro placer del poder mediocre, deja de solapar este circo de corrupción que ya no entretiene como antaño. Deja de alimentarlo, de engendrarlo. Ya hemos visto la repetición de circo chafa toda la vida.
Au revoir
Mario Osiris Benavides Morin
Catedrático de la Universalidad de Oaxacalifornia
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