Frente al domicilio de la Asociación de Periodistas de Oaxaca A.C., un miembro de reciente ingreso en dicha organización, juzgado por la Comisión de Honor y Justicia de la gremial, realizó supuestos actos de protesta, en contra de la directiva. La mayoría de socios condenan y lamentan esa actitud desconcertante de un miembro de la APO de la región de la Costa de la entidad.
Genaro Aragón Reyes – establece el boletín de la APO enviado a Evidencias- ha incurrido en violaciones a los estatutos de la Asociación de Periodistas, por lo cual los órganos de gobierno de la gremial trabajan en el análisis de su caso. Son estos órganos de gobierno, debidamente establecidos en los estatutos de la A.C., los conductos institucionales para dirimir los asuntos de los socios.
De manera que serán, primeramente, esos órganos quienes emitirán su resolución para, después, sea sometida a la asamblea general, y no al revés como desea el mencionado Genaro Aragón. Quién, por cierto, viola estatutos, agrede a la que se supone es su Asociación y a un compañero de la directiva. Además de incurrir en otra falta al no ceñirse a lo establecido en los referidos estatutos, de solicitar por escrito una asamblea y, buscando el escándalo, declararse en “huelga de hambre”.
La huelga de hambre es un recurso extremo, requiere de una alta condición moral, además de objetivos fuertes y motivaciones de gran calidad. En nuestro estado, a menudo dirigentes de grupos regionales se ponen en supuesta “huelga de hambre”, lo que ha rebajado este concepto a simple recurso de propaganda.
Con un manejo mediático, Aragón Reyes pretende confundir al público, lo cual ha sido rechazado por el Consejo Directivo de la APO, encargado de velar por el buen nombre de la Asociación. Asimismo, el mencionado ha buscado sin éxito apoyo de los agremiados en esta extraña embestida que inició el 15 de junio pasado, precisamente cuando se realizaban los festejos del 40 aniversario de la Asociación de Periodistas de Oaxaca. Quienes lo aplauden en su esfuerzo de desestabilización son ex socios; separados de la gremial por voluntad propia; y otros separados al no tener fuente de trabajo en algún medio de comunicación.
Aunque quienes animan a Aragón son un número reducido, durante un mes han efectuado comidas y reuniones en restaurantes, lo cual evidencia un gasto de recursos cuyo proveedor parece un enigma. Pero de acuerdo a quienes lo manipulan no es difícil ubicar a los patrocinadores desde el poder político.
El Consejo Directivo rechaza estas manifestaciones fuera de la legalidad de la Asociación, además de socios fundadores quienes arribaron al domicilio de su Asociación a llamar fuertemente la atención al singular disidente. “Esta actitud –le dijeron- exige el más alto castigo hacia tu persona, estos actos de sabotaje no son propios de un periodista”.
Los fundadores de la APO, Carlos Cervantes de Honor y Justicia, Antonio Hernández del Consejo Directivo, Felipe Sánchez y Raúl Castro, integrantes de la primera directiva de la asociación hace 40 años, exigieron a Aragón Reyes dejar de atentar contra el prestigio de la APO. Estuvieron, también,
los tres miembros del Consejo Ejecutivo, Idolina Herrera y Cuauhtémoc Blas, además del mencionado Antonio Hernández y de Comisiones como la de Cultura con Néstor Yuri Sánchez Islas. Lo instaron a usar los canales institucionales de la gremial más antigua del país, pues nunca en 40 años nadie había atentado de esta manera contra la organización. Lo invitaron a despegar sus cartulinas y abandonar esa postura, lo que hizo poco más tarde.
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