* Como un oaxaqueño más, el Gobernador Gabino Cué asiste a la segunda presentación matutina de la Guelaguetza, en el Cerro del Fortín.
* Miles de visitantes llenan la Rotonda de la Azucena para ovacionar la máxima fiesta cultural de América Latina.
Es la Octava de la Guelaguetza, el Cerro del Fortín nuevamente se llena de fiesta y algarabía. En punto de las 10:00 horas arriban las 14 delegaciones y el pueblo oaxaqueño participa en esta fiesta de la hermandad, donde la música y el baile narran las tradiciones de la tierra oaxaqueña.
Más de 11 mil almas reunidas en el Auditorio del Cerro del Fortín –antes conocido como Rotonda de la Azucena- forman parte de los Lunes del Cerro, una celebración extraordinaria que se lleva a cabo cada año en la capital oaxaqueña, en el marco de las fiestas en honor a la Virgen del Carmen.
Desde el público y junto a la representante de la Diosa Centéotl, Dulce Grijalva Martínez, el Gobernador Gabino Cué Monteagudo y su esposa, Mané Sánchez Cámara, participan gustosos de esta fiesta que es símbolo de hermandad y ayuda mutua.
En esta ocasión, Oaxaca recibe a visitantes distinguidos, entre ellos, el Gobernador de Morelos, Graco Ramírez; el director del Consejo Nacional para las Culturas y Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa, los presidentes del Comité Ejecutivo Nacional del PRD, Jesús Zambrano y de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, José Manzur, así como los embajadores en México de la India, Sujan R. Chinoy; Panamá, Francisco Troya Aguirre; Italia, Roberto Spinelli y Haiti, Guy Lamothe, entre otros diplomáticos.
Oaxaqueños y visitantes se estremecen al escuchar el sonido de la chirimía, acompañada de tambores y flautas de carrizo, que anuncian el paso del “convite”; detrás lindas mujeres cargando canastas multicolores y enormes marmotas nombradas con los barrios tradicionales de la Verde Antequera. Son las Chinas Oaxaqueñas, que al ritmo del Jarabe del Valle y ondeando sus faldas de satín, avanzan hacia el centro del Auditorio Guelaguetza para dar inicio a la fiesta folklórica más importante de América Latina.
Sigue sonando la banda de música de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado y Huatla de Jiménez se hace presente con los Sones Mazatecos interpretados por mujeres de tez sobria y alegres vestimentas que guardan el misticismo de la neblina que cubre sus montañas. “Naxo loxa” o “Flor de Naranjo”, cantan mientras comparten sus costumbres con cada uno de los asistentes.
Es turno de la delegación de San Melchor Betaza, que con sus sones, hermosos vestidos y su baile armónico y templado, atrae la atención de los más de 11 mil asistentes a esta presentación.
Entre el público, también destaca la presencia del subsecretario de Prospectiva, Planeación y Evaluación de Sedesol, Juan Carlos Lastiri Quiros el director del INFONAVIT, Alejandro Murat y la conductora y activista social, Rebeca de Alba, quienes aplauden entusiasmados cada una de las interpretaciones.
Ante el asombro de los asistentes, mujeres vestidas en flores y oropel, resplandecientes recorren el escenario con un contoneo lento y cadencioso. Se trata de los representantes de Ciudad Ixtepec, quienes traen hasta el Cerro del Fortín su “Labrada de cera”, que consiste en la elaboración de 14 velas -una por cada mes del año y dos más que representan el sol y la luna- las cuales serán colocadas en el altar mayor de la iglesia.
De los Valles Centrales, llegan San Antonino Castillo Velasco y Ocotlán de Morelos, reflejo de las arraigadas costumbres de las familias durante la celebración del matrimonio. La ofrenda que se lleva a la casa de la novia y corresponde a un homenaje a su pureza y consiste en pan, chocolate, tortillas, hierbas de poleo y el característico guajolote.
Los “rubios” de Santiago Juxtlahuaca, arriban al centro de la rotonda para narrar de manera festiva las aventuras de los arreadores de ganado, que desde tiempos ancestrales acostumbraban hacerse en la región Mixteca.
De esta misma zona de la entidad, caracterizada por su geste apacible y trabajadora, se presenta San Antonio Huitepec y su tradicional “San Paliluú”, una boda a la uzanza antigua mixteca, donde se refuerza la unión de dos familias con el matrimonio.
La región que vio nacer a Don Benito Juárez se hace presente con la interpretación del Mosquito Serrano, melodía que habla del orgullo de nacer en esa tierra zapoteca y el Jarabe de la Botella, las cuales fueron ejecutadas por la delegación de Teococuilco de Marcos Pérez.
La fiesta continúa, a pesar de un sol resplandeciente que sólo es amortiguado por sombreros de palma, cada uno de los asistentes se mantienen expectantes y los ondean al escuchar las notas de la Canción Mixteca de José López Alavés, interpretada por ágiles y armónicos danzantes de Huajuapan de León, que ponen en alto el nombre de la región Ñuu Savi.
Guerreros danzantes hacen su arribo, elevándose por los aires con penachos multicolores que se mueven vigorosos representando la conquista de los aztecas por parte de los españoles.
Son los hombres de Cuilapam de Guerrero, quienes dan vida a Moctezuma –el último emperador azteca- acompañado de cuatro reyes, dos teotiles y dos capitanes, arrebatando los aplausos y vivas de más de 11 mil personas que abarrotan el recinto en la primera edición de la Octava del Lunes del Cerro.
Enseguida llega la mayordomía de San Andrés Huaxpaltepec, que con sus chilenas sones y juegos atraen la atención de la multitud, que atenta disfruta de la representación.
“Ya se escuchan los acordes de música sin igual y una feria de colores el atavío regional, que lucen bellas mujeres de mi rincón tropical”, se oye en el auditorio Guelaguetza mientras hermosas mujeres vestidas de pájaros y flores caminan armoniosamente hacía el centro de la rotonda, generando emoción y asombro entre quienes las observan.
Esplendorosas, coloridas y sonrientes las 36 jovencitas provenientes de San Juan Bautista Tuxtepec se convierten en una serpentina de mil colores, que de manera magistral, representa la alegría y agradecimiento de la mujer oaxaqueña por la cosecha de la piña.
La presentación casi concluye, han pasado más de tres horas. Cada delegación entrega su guelaguetza, ofreciendo al público y a sus hermanos los productos de su zona. Se trata del ritual ancestral de dar y recibir, donde la solidaridad de los pueblos se hace presente en honor a la Deidad del Maíz, personificado por la Diosa Centéotl.
Por primera vez, la Rotonda de la Azucena recibe a la delegación de Loma Bonita, comunidad famosa por su gente alegre dedicada a la producción de la piña, que presentan con gran emoción Rinconcito Oaxaqueño y el Son del Sotavento, un género musical que hombres y mujeres bailan con un jocoso zapateado, acompañado de décimas características de la región.
Cuna del afamado compositor Álvaro Carrillo, San Juan Cacahuatepec no se queda atrás y muestra en todo su esplendor el candor de la costa y la sensualidad de sus mujeres que bailan airosas moviendo las caderas al ritmo de las chilenas y los sones de la chicatana, ruborizando a más de uno con sus versos picarescos.
Así es Oaxaca, plena y armónica. Entidad que con gran orgullo presume su identidad y valores como la mayor riqueza de un pueblo integrado por 16 corazones que, hoy más que nunca laten al mismo tiempo, en un encuentro solemne y colorido, en el cual se hace un homenaje al acto solidario y ancestral de dar y recibir.
Ondeando en lo alto sus sombreros y paliacates, los integrantes de la delegación de la Costa despiden a los turistas nacionales y extranjeros que asistieron a la primera edición de la Octava del Lunes del Cerro. ¡Viva la Costa! ¡Vivan las ocho regiones! ¡Viva Oaxaca y su Guelaguetza!
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