PATRICIA MUÑOZ RÍOS
Millones de adultos mayores que actualmente reciben el apoyo conocido como 65 y más, dejarán de contar con ese respaldo a partir de enero de 2014, en caso de que sea aprobada la iniciativa de reforma fiscal, porque la propuesta de otorgar ‘‘pensión universal’’ a los adultos mayores ‘‘es un engaño, ya que solamente será para aquellos que no tienen una pensión laboral o fondos de retiro; a los demás, se les quitará’’, señala el documento “Análisis sobre la iniciativa de reforma fiscal, enviada por el Ejecutivo al Congreso’’, que elaboró el Observatorio del Salario, de la Universidad Iberoamericana de Puebla.
Indica que también ‘‘es un engaño’’ el seguro de desempleo, ya que éste será a costa del propio ahorro de los trabajadores para su retiro y no se fondeará con recursos del Estado.
El informe expone que dicha iniciativa implica la focalización-exclusión de derechos sociales y gravar proporcionalmente más a los trabajadores y a los sectores medios de la población con énfasis en las personas físicas y causantes cautivos, y hasta legalizar la privatización del petróleo, pero deja intactos los privilegios fiscales de los grandes contribuyentes.
Elaborado por los especialistas, Miguel Reyes, Jorge Abascal, Humberto Morales y Miguel López, el análisis señala que la reforma fiscal carece en términos reales de elementos progresivos y en cambio es ‘‘regresiva’’ en muchos conceptos, como el de la llamada ‘‘pensión universal’’.
En realidad, agregan, no será para todos los adultos mayores, pues ahora estará focalizada excluyendo a millones de personas que actualmente la reciben.
Del mismo modo consideran que el seguro de desempleo es ‘‘otra trampa’’, ya que este instrumento estaría a cargo de los propios trabajadores mediante los propios fondos de sus cuentas para el retiro; de ahí saldrían los recursos para ello. Esto amplía el nivel de riesgo para los trabajadores formales, pues significa una reducción de sus cuentas de ahorros y un nivel precario y depauperado para ellos en el futuro.
En lo que se refiere al impuesto sobre la renta (ISR), expone que la reforma no mejora la equidad entre personas físicas y morales, y esto se explica cuando se pretende recaudar en términos netos de las empresas sólo 16 mil millones de pesos más, en comparación con 59 mil millones provenientes de las personas físicas.
Esto se explica porque la iniciativa pone todo el peso fiscal sobre los trabajadores formales cautivos del sistema tributario, además de que la progresividad del gravamen se encuentra limitada por el régimen de consolidación fiscal que no desaparece, sino sólo cambia de nombre y se deja intocables a los grandes grupos económicos.
Otros pagarán
Otra ‘‘trampa’’ de esa iniciativa, señala el análisis, es que el gravamen que se aplicará a la actividad bursátil ‘‘no es a las empresas y empresarios, que nunca pagan, sino a los trabajadores, pues por increíble que parezca, los fondos de ahorro de éstos, que manejan las Siefores y que son invertidos en bolsa cotidianamente –entre 15 y 30 por ciento del total– son los que se van a gravar.
El Observatorio del Salario concluye que, a consecuencia de todo lo anterior, se creará mayor desigualdad social.
TOMADO DE Periódico La Jornada
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