Intervención del Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, durante la 2ª Sesión Ordinaria 2013 de las Conferencias de Procuración de Justicia de las Zonas Noreste y Noroeste, realizado en La Paz, BCS.
La Paz, Baja California Sur, a 15 de octubre de 2013
JESÚS MURILLO KARAM, PROCURADOR GENERAL DE LA REPÚBLICA (JMK): Señor Gobernador muchísimas gracias por recibirnos, por su anfitrionía en este lugar. Le aseguro con los señores procuradores de los estados y su servidor así como los funcionarios de la Procuraduría y Delegados que están aquí nos sentimos verdaderamente a gusto porque aparte de tratar los temas que nos gustan, que nos ocupan, que son nuestra obligación, nos toca ver el maravilloso paisaje de esta zona que contrasta entre los ocres, los verdes y los azules.
Muchas gracias por recibirnos aquí.
Señores procuradores, desde que se me instauró la Conferencia Nacional de Procuradores creo que hemos tenido avances sustanciales que han repercutido en forma positiva en el desarrollo de lo que significa la procuración de justicia y a veces más allá de ello, con una claridad contundente.
Este sistema nos ha permitido que manifestándonos entre nosotros plenamente sobre nuestras actividades que aciertan, podamos imitarlas en algunos lados, y donde podemos señalar con toda claridad donde tuvimos que dar marcha atrás porque hubo un retraso, un atraso o un error, también podemos evitarlo en otros estados.
Hoy es más importante que nunca, El Congreso de la República, está a punto de emitir un Código de Procedimientos Penales Único para todo el país; un código que nos dará por principio de cuentas una posibilidad mayor a quienes ejercemos la profesión de abogados y a quienes trabajamos en el propósito de la administración de justicia. Vamos a tener un solo procedimiento para todo el país.
Un solo código en lugar de 33, una sola línea que nos permitirá que la doctrina del estudio, la misma filosofía y teoría del derecho, pueda generarse en mejores condiciones y con mayor amplitud cuando todos que compartimos una frontera, que compartimos un territorio y que compartimos una pleya de normas jurídicas, compartamos también un solo procedimiento penal.
A veces cuando esto sale del ámbito de los abogados, es difícil de explicarle a la sociedad que lo que se va a generar como único es solo el procedimiento, solo la parte adjetiva del derecho penal, y que se mantiene como debe de ser en el ámbito de cada una de las entidades federativas la soberanía para determinar cuáles son los tipos, cuales son las conductas que se señalan como punibles, como sancionables, aquellas que la sociedad no quiere que se den y que son las que tienen que aparecer en el código penal de cada estado.
Con las características de cada estado con lo que cada una de las gentes integran una comunidad con características muy distintas como las que tiene el estado en el estamos hoy con las que pueda tener un estado que esté en el centro del país sin costas en donde las condiciones que pueden alterar la paz o la integridad social pueden ser completamente distintas a la de otros estados, donde incluso, puedan darse razones económicas de subsistencia que acrediten o ameriten tipos distintos de penas.
Lo señalo porque a veces cuando nos dirigimos en estos foros y hablamos solamente de un código la impresión que se da es que estamos haciendo un solo código penal para todo el país, y aún así hay 33 todavía; y también a veces me tengo que volver a señalar que son 33 porque también hay el federal.
Esto es crucial para mí en esta etapa de la reunión de la Conferencia Nacional de Procuradores, es el momento en el que podemos aportar seriamente a nuestros legisladores lo que nos parezca más importante para que ellos puedan decidir y definir lo que será ese Código de Procedimientos Penales; para que en éste podamos realmente entender lo que la suma de la sociedad mexicana reclama hoy de nosotros que es claro, pero en la forma que debemos aplicarlo.
Porque en este Código de Procedimientos tendrá que estar ya diluido el mandato constitucional que nos obliga a modificar nuestro sistema penal, a cambiar lo que a mi gusto llaman erróneamente inquisitorio y yo digo que es mixto por el acusatorio.
Y el asunto no es de nombres, el problema no es cómo se llama, el problema es que pretendemos hacer de él, y queremos hacer del sistema adversarial, acusatorio, oral como muchos prefieren llamarlo un sistema más justo en el que la equidad en el proceso se de de manera más clara, en el que el concepto de autoridad que hoy tienen las procuradurías se fije en el sentido de que ésta no le da sobre ejercicio sobre la otra parte que es la que defiende; que se ponen en igualdad de condiciones la defensa y el fiscal, que se enfrentan a un juicio de frente de cara al juez para que este pueda de manera personal y clara, determinar lo que él considere que es más adecuado y justo apegado desde luego a las normas que lo rigen.
Un sistema que permita además, que pueda darse mucho más pronto los resultados de un juicio y un sistema que tenga alternativas que nos lleve en todos los casos innecesariamente a la penalización en la que se hace sinónimo de cárcel la actuación de un juez al decidir, sino que podamos tener alternativas, alternativas que tengan que ver con la gravedad, con la justicia, con la racionalidad, y como dice mi Subprocuradora, con la oportunidad, concepto que hemos discutido muchísimo.
Alguna vez que platicaba yo con el señor Gobernador del estado sobre este tema, comentábamos sobre lo que se ha dimensionado en el ámbito de quienes tienen que instrumentarlo; el asunto de si es muy caro, de si es muy difícil porque es muy largo.
Y yo vengo insistiendo en que sí hay que gastar, hay que capacitar y en eso hay que invertir mucho, pero es el mejor dinero invertido. El dinero que se invierte en capacitar a quien tiene como función administrar, otorgar o mover a la justicia es un dinero bien gastado, dinero bien invertido.
Pero no tenemos que gastar en instalaciones, no tenemos que gastar en infraestructura, que no tenemos que gastar demás en cosas que pueden ser suplidas con imaginación o con lo que existe; sí en capacitación, sí en conocimiento, si en profundidad, sí en aquello que nos permita y nos asegure, y aquí si es general, que no sólo nuestros ministerios públicos, nuestros fiscales, que muchos de los defensores de oficio si no también los jueces que son la triada fundamental del sistema acusatorio, tengan la capacidad suficiente para poder entender la función de quien trabaja en la justicia, es una función clara en la que no podemos perder la esencia.
A quienes procuramos justicia, la sociedad nos entregó su representación y nos dijo: evita que la venganza personal, evita que la justicia de propia mano se convierta en un factor mayor de problema y sé tú quien, fijadas las normas, seguidas las normas, actualizadas, acordadas y aceptadas por la sociedad tengas que determinar cuál es el camino en que tenga que hacerse la justicia que pretende cuestionar.
Que le diga al defensor de oficio que no tiene que defender por un salario, que no tiene quién porque no hay otro que defienda o porque quien va a ser defendido no tiene dinero para pagar, sino que tiene que tener la vocación profunda, el deseo de ser útil y el deseo de defender a quien no puede defenderse, a quien esté incapacitado para hacerlo o a quien no tiene las condiciones para resolverlo; y que le diga al juez, que las enormes facultades que la nueva legislación le ha dado son precisas, exclusivas, únicamente para hacer mejor justicia.
No para afrontar problemas teóricos ni para montarse en ellos y poder desviarla, son para hacerla, son para aplicarla de la mejor manera. Que las modificaciones que le hemos hecho a nuestras leyes cuando dicen pro omine también dicen pro sociedad.
También tienen que ser pesados los elementos de la justicia que tienen que hacerse valer y que jueces defensores, fiscales y la propia sociedad nos unamos en un proceso nuevo que pueda darle a nuestro país una vía más segura, más correcta, más confiable, para que nuestro trabajo, hacer justicia, se haga mejor.
Me da mucho gusto y espero que los trabajos de esta reunión, repercutan seriamente en la vida del país y mejoren nuestra actividad de manera sustancial.
Gracias nuevamente señor gobernador, señor procurador, señor presidente del Tribunal, y los señores diputados; señor representante de las fuerzas armadas del país, les agradezco mucho que nos hayan dado el espacio para la reflexión en la idea de mejorar las condiciones de justicia en nuestro país.
Muchas gracias y bienvenidos todos
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