•El investigador Miguel Carbonell Sánchez indicó que el Sistema Acusatorio Adversarial dignifica los procesos judiciales y alienta la protección de los derechos humanos
“Oaxaca ha tomado una postura de liderazgo frente a otras entidades federativas y está desarrollando un trabajo arduo para que la justicia penal sea de mayor calidad, más transparente y efectiva desde el modelo del Sistema Acusatorio Adversarial”, afirmó el investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM (IIJ-UNAM), Miguel Carbonell Sánchez.
En entrevista durante su reciente visita a Oaxaca, el reconocido jurista aseguró que la Reforma Penal del 2008 alienta la protección de derechos humanos ya que por un lado, constitucionaliza la presunción de inocencia, y por otro, promueve los derechos de las víctimas, brindándoles un rango Constitucional.
Agregó que el sistema penal actual está en quiebra y una muestra de ello se percibe en la Encuesta Nacional de Victimización 2013, que señala que el 92 por ciento del total de delitos cometidos en el país no son denunciados, principalmente por dos razones, una la pérdida de tiempo y segunda por la percepción de corrupción que prevalece en la sociedad hacia las instituciones responsables del tema.
Ante ello, explicó, el Nuevo Sistema de Justicia Penal, basado en los juicios orales, es un modelo confiable donde los jueces hacen su tarea a la vista de la sociedad y brinda mayores herramientas a los ciudadanos y medios de comunicación, quienes ahora poseen la capacidad de fiscalizar el trabajo de cada institución que imparte justicia.
“Los mexicanos ganamos con esta reforma, porque ahora podemos aspirar a una justicia de cara a la sociedad, asignando una responsabilidad específica a cada uno de los actores del sistema, como antes no lo teníamos”, puntualizó.
El también investigador nivel III del Sistema Nacional de Investigadores y autor de 40 libros, reconoció que en México la población tiene la idea de que hay un fenómeno extendido de descomposición en la procuración de justicia; hecho que debilita la confianza en las instituciones y tiene impacto directo en la impunidad, cuando un delito no es castigado conforme a la ley.
Concluyó que el Sistema Acusatorio Adversarial, basado en los juicios orales, permite dignificar los procesos para la impartición de justicia, garantizar la protección de los derechos humanos y la transparencia en su operación, pero además exhibe el conocimiento de defensores, fiscales y jueces en las audiencias que ahora se vuelven públicas y orales, por lo que deben de comprometerse en su permanente actualización.
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