Por Armando G. Tejeda, corresponsal
Madrid. Ajenos al clamor popular y siguiendo a pies juntillas la hoja de ruta que trazaron hace seis meses, la Casa Real, el gobierno español, presidido por Mariano Rajoy, y el principal partido de oposición, el Socialista Obrero Español (PSOE) atajaron radicalmente cualquier posibilidad de que se celebre un referéndum sobre la coronación del Príncipe Felipe como jefe del Estado. La abdicación del Rey Juan Carlos en favor de su primer hijo varón se hará además por la vía express y en una ceremonia todavía por determinar, pero lo que busca sobre todo es la rapidez en el proceso.
En enero pasado, cuando el Rey Juan Carlos cumplió 76 años, el propio monarca consultó con algunos de los principales dirigentes políticos del país el entonces proyecto de abdicación y su manera de llevarla a cabo. En la definición de la estrategia participaron los asesores de la Casa Real, además del presidente Rajoy y el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, que aplaudieron la decisión del monarca y diseñaron el plan para ejecutar el traspaso de poderes. El apoyo de los socialistas, una formación que en su ideario ideológico se proclama republicana pero que desde hace décadas defienden con más vehemencia que ninguna la institución monárquica española,era fundamental para llevar a cabo el plan y evitar así cualquier tipo de riesgo en la aprobación parlamentaria.
Y el guión previsto se está cumpliendo a rajatabla. El Consejo de Ministros del gobierno de Rajoy se reunió hoy en una sesión de urgencia y extraordinaria para aprobar y enviar al Congreso de los Diputados la ley orgánica que hará efectiva la abdicación, que consta de un artículo único y que no se había desarrollado 36 años después de la aprobada la Constitución de 1978. El texto se limita a señalar la abdicación del Rey Juan Carlos y la futura coronación del Príncipe Felipe, que se llamará, cuando reine, Felipe VI.
El texto llegará a las Cortes esta misma tarde y en su votación, que se hará lo antes posible, contará con los apoyos del PP, del PSOE, de Unión Progreso y Democracia (UPyD), de Convergencia i Unió (CiU), de Coalición Canaria y de Foro Asturias. Mientras que contará con la abstención del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y el voto en contra de todo el bloque de izquierda encabezado por la coalición Izquierda Unida (IU), que ya advirtió que seguirán exigiendo un referéndum o la apertura de un proceso constituyente para de verdad refundar un Estado y un sistema político carcomido por la corrupción y la falta de credibilidad ante la ciudadanía.
Se prevé que el Congreso lo apruebe por la vía de “lectura única” (más rápida que la vía de urgencia), lo que supondrá la votación en su totalidad y que se llevará a cabo la próxima semana. Después de su aprobación por mayoría absoluta (176 diputados, tiene apoyos de sobra) pasará al Senado para su aprobación y si todo marcha como está previsto se publicará el 18 de junio. A partir de entonces, y una vez publicada en el Boletín Oficial del Estado, quedaría ratificada y en vigor.
El día después de la abdicación, el Rey Juan Carlos y su heredero, el Príncipe Felipe, presidieron un acto militar en el que ambos, vestidos con ropa militar y rodeados de los altos mandos de la milicia, hicieron una demostración de fuerza y expusieron el respaldo cerrado de las Fuerzas Armadas al relevo en la jefatura del Estado.
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