Francisco Hernández muy claro lo dice en su poema, «para eso son los centenarios luctuosos, para encontrar el paso del tiempo o para vernos en ese espejo, que permanece intacto desde hace cuando menos 100 años».
Y el homenaje que Francisco Toledo rinde a José Guadalupe Posada, a 100 años de su muerte, no sólo es una carpeta gráfica donde dialogan dos grandes grabadores mexicanos, también se une la voz del poeta Francisco Hernández, quien con su trabajo guía al espectador por el mundo de este par de artistas obsesionados con el quehacer gráfico.
Desde el sábado el chalet del Centro de las Artes de San Agustín alberga la carpeta Homenaje a Posada. Se exponen las pruebas de estado de este proyecto, donde Hernández realizó un poema que leyó ante los asistentes al evento.
Durante la presentación, Jaime Moreno Villareal confesó que para él Toledo es una persona entrañable, «pero qué es un ser entrañable, es un ser que uno porta consigo mismo, pero no como una carga, es aquella persona que uno conoce y se lleva cuando uno lo deja».
Agregó que las entrañas son todo aquello que constituye nuestro organismo por dentro, son también motores y receptores de nuestras emociones, y tenemos emociones de la cabeza, del vientre.
«Creo que Toledo ha sabido entrañar a su vez, cantidad de cosas que nos trasmite, ha sabido entrañar a su pueblo, ha sabido entrañar sus tradiciones, también el legado de la pintura, el grabado, las artes y la literatura, él lo hace parte de sí mismo».
Como parte de la exposición de la carpeta Homenaje a Posada, el escritor habló de cómo el artista juchiteco ha entrañado a Posada, «es una presencia que desde hace mucho tiempo está en su obra, pero que hasta ahora pudo rendirle un homenaje y lo realiza atrayendo hacia su lenguaje gráfico, el lenguaje gráfico de José Guadalupe Posada».
«Este diálogo improbable a 100 años se expresa como un entrañamiento, el hecho de que las placas que aquí se exponen hayan sido retrabajadas tantas veces y en las pruebas podemos observar cómo el trabajo de Toledo hace a la obra de Posada, es un verdadero alcance por encima del tiempo, un alcance gráfico de participar, yo diría entrañablemente en el hacer del maestro hidrocálido».
Jaime Moreno señaló que cada incisión, cada reelaboración del grabado es un entrañamiento y lo que al final se tiene en la placa, es la entraña del trabajo de Toledo.
Explicó que el espectador verá en las pruebas de estado, cómo aparecieron y desaparecieron personajes, cómo Toledo iba elaborando el grabado, borraba, fondeaba, dejaba huellas de aquello que había grabado anteriormente, para que aparezcan en la versión final.
Francisco Hernández dijo que cuando le pidieron que escribiera para los grabados de Francisco Toledo de inmediato pensó, «ojalá pudiera estar a la altura de lo que Toledo iba a mandar».
Porque «la obra de Toledo es algo tan entrañable que se mueve, pensé que lo que iba a escribir tenía eso a su favor, no era algo fijo, algo que aspirara a esa movilidad, al grado que ahora estoy corrigiendo aquí, una vez que vi las versiones definitivas».
Durante el evento estuvo presente Blanca Rivera Río de Lozano, presidenta del DIF del estado de Aguascalientes, ya que este proyecto lo realizó Toledo en colaboración con el Gobierno de Aguascalientes, también asistió Dulce María Rivas Godoy, directora del Instituto Cultural de ese estado, así como Lourdes Báez, directora del CaSa, y Othón Téllez, subsecretario de Cultura de Oaxaca.
Dejar una contestacion