*Cada vez son menos jóvenes quienes lo usan
Víctor Avalos
Ixcatlan, Oaxaca.- Con el paso del tiempo, son menos las mujeres jóvenes de las etnias Mazatecas y Chinantecas quienes muy poco o casi nada le dan la importancia a su vestimenta tradicional, puesto que ya no portan el huipil originario de sus pueblos y comunidades indígenas, ya que con las novedades que nos ofrece el mundo actual para muchas se ha perdido el gusto por utilizar dichos vestidos.
La vestimenta tradicional de los pueblos, para muchas mujeres es sinónimo de discriminación y auto discriminación, la cual se ha venido dando siempre en las ciudades hacia quienes son, portan o tienen rasgos indígenas, es por ello que muchas mujeres optan por no utilizarlo, otro factor más es porque desde pequeñas en sus hogares nadie le enseño a portar con lujo tan bella vestimenta.
Para Adriana Agustín, originaria de San Pedro Ixcatlan, Oaxaca, el huipil es algo bonito, pero que no representa más que eso, y no un atuendo que ella podría portar con orgullo ante la sociedad, puesto que desde pequeña nunca lo ha portado, ya que en su casa su mama no lo usa y no le enseño a usarlo, “es bonito el huipil, pero no me gusta, no me gusta ponérmelo, pero si esta bonito”.
En muchos de los pueblos indígenas pertenecientes al norte de Oaxaca, solo son mujeres mayores las que portan con dicha vestimenta tradicional, quienes se dicen preocupadas por que las nuevas generaciones ya no usan la vestimenta e indumentaria de sus pueblos, ya que son muy pocas las jovencitas quienes realmente gustan de portal el huipil.
Para muy pocas de ellas como Tania Fernández, quien argumento que el portal un huipil es sentirse orgullosas de pertenecer a sus etnias indígenas, es cuestión de identidad, es motivo de aceptación de su cultura y sin duda es más que solo el portarlo, si no conocerlo y conocer la cultura de sus padres, de sus ancestros.
Cabe mencionar que con los años esta vestimenta se ha ido perdiendo, puesto que son muy pocas las mujeres tejedoras y bordadoras de los mismos, además de que con la migración por las fuentes de trabajo las mujeres dejan su ropa típica y la cambian por vestidos modernos para sus actividades, aunado al factor principal que es la discriminación que sufren por la portación de los mismos.
Otro de los factores han sido los altos costos en su manufactura, puesto que un vestido llega a costar desde los dos mil a los cuatro o cinco mil pesos, ya que las tejedoras y bordadoras quienes son las que los fabrican a mano demoran alrededor de cinco meses para terminarlo, ya que es un proceso largo y laborioso, dependiendo del tipo del huipil que se quiera, puesto que va del huipil de uso diario, media gala, el de gala y en algunas etnias el de doble gala.
Para el presidente de San Pedro Ixcatlan, Benito Fernández Figueroa el problema por el que pasan los huipiles de su municipio es algo que se puede remediar ya que se está a tiempo de fomentar el amor a su cultura y lo que ella implica, conocerla a fondo, amarla, conservarla y difundirla, “está en manos de todos difundir nuestras costumbres y tradiciones, con nuestras familias e hijos, que sepan y quieran nuestras costumbres y raíces”, puntualizo.
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